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    Posesión infernal (Evil Dead)
    Críticas
    2,5
    Regular
    Posesión infernal (Evil Dead)

    Sangre de multiplex

    por Paula Arantzazu Ruiz

    Siempre, ante cualquier remake, la pregunta es pertinente: ¿por qué? ¿Hacía falta? Y la respuesta siempre será la misma: todas aquellas películas versionadas y objeto de remakes son filmes a los que se regresa porque de una u otra manera han supuesto puntos de partida. No cabe subrayar en estas líneas las razones que esgrima la ópera prima de Sam Raimi, 'Posesión infernal', para ser recreada de nuevo en el cine: le sobran tanto como sangre chorrea la película. Convertirla en un clásico más allá de su estatus de culto es lo que va a conseguir, precisamente, el remake de 'Posesión infernal (Evil Dead)' a cargo del joven uruguayo Fede Álvarez -otro de la nueva hornada de cortometrajistas con suerte-. Desconozco de si se trataba de un deseo muy íntimo por parte de Raimi, pero nada hay más rentable para el canon que el ser revisitado. O como dijo en su día el teórico André Bazin: "cuando una película tiene tanto éxito como para ser recordada, los productores no la redistribuyen, sino que hacen un remake." Sam Raimi es el productor tanto de la primera como de la segunda versión. Doble punto.

    Entrando en materia, Fede Álvarez se mantiene bastante fiel al planteamiento original de 'Posesión infernal', alterando dos o tres detalles de la caracterización de los personajes, del demonio y, especialmente, el final. La nueva película no tiene ningún Bruce Campbell sobre la que sostenerse, pero el guión del propio Álvarez y Diablo Cody ('Juno') sabe sacarle jugo (y vísceras) al hecho de que la protagonista haya ido a esa cabaña de mala muerte escondida en un bosque no menos ídem a desengancharse de la heroína. Menuda granja de desintoxicación, pensarán algunos. Y con razón. Eso sí, quienes esperan bromitas a costa del festival de sangre lo tienen crudo: Álvarez es hijo de su tiempo y, como tal, apuesta por el efectismo visual y sonoro antes que por el humor negro (y rojo). En este sentido, se echa de menos más riesgo e imaginación por parte de los 'young turks' que han revisitado a Raimi: en efecto, hay toneladas de sangre, pero las justas como para ser aguantadas por los tiernos ojos del joven público multiplex.

    El gran problema de 'Posesión infernal' es la propia 'Posesión infernal'. La cinta de Álvarez -y de Raimi, no olvidemos que ejerce de padrino y productor Ghosthouse Pictures mediante- obvia que entre uno y otro filme han pasado más de tres décadas y, con ellas, los años más dorados del cine de género. O quizá no. Quizá se trata de que cuanto más se avanza, más se retrocede. Signo de los tiempos. Por eso los remakes son importantes: revisar el canon nos ayuda a conocernos como espectadores.

    A favor: La remodelación de los personajes que han hecho para esta nueva versión del filme.

    En contra: El poco sentido del humor de la nueva película.

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