Crítica de SensaCine.com para Noche loca: La confusión de una pareja

Desde 2002 Shawn Levy ha ido firmando una serie de películas cuyo éxito, o falta de él, no ha tenido nada que ver con su presencia tras la cámara. Así, la mediocre La pantera rosa, Doce en casa o las dos entregas de Noche en el museo (la primera muy divertida y dinámica) funcionan por sus actores, por su planteamiento, por su producción, mientras Levy lleva a cabo un trabajo tras la cámara cómodo y sin que apenas se note, como sucedía en sus primeras películas, Gordo mentiroso o Recién casados. Uno de tantos artesanos que hay en la comedia norteamericana. Sin embargo, en Noche loca, realizada en el boom de la nueva comedia norteamericana que, al final, quedó en la nada (porque quizá nunca existió tal resurgir del género), parecía exigir algo más de Levy.

Comedia algo más adulta que las anteriores, con Steve Carell y Tina Fey como protagonistas, con un elenco de secundarios bastante importante, y una premisa argumental llena de posibilidad, Noche loca presentaba a Levy un buen dispositivo para mostrar como director un pulso mayor que hasta ese momento (Noche de museo, como película infantil resulta francamente recomendable, aunque fuera gracias a los actores y a la producción). Pero Levy no lo consigue. La pareja protagonista logra mantener la película, pero no es suficiente; el guion presenta no pocos momentos divertidos, pero un conjunto insuficiente. Podría decirse que Noche loca, como comedia funciona a ratos; como visión de la pareja actual resulta mejor que otras películas coetáneas, pero no llega demasiado lejos al caer al final en cierto conservadurismo. En definitiva, desequilibrada y a ratos divertida película que promete mucho más de lo que al final ofrece.

A favor: Carell y Fey.

En contra: Las secuencias más divertidas quedan varadas en el irregular conjunto.