El título original de la película ‘Dead Man Walking’ es un término coloquial usado por los guardias de la prisión cuando escoltan hasta las cámaras de ejecución a los reclusos condenados a muerte.
Cuando el director Tim Robbins quería alguna canción para la película, mandaba a varios cantantes y compositores conocidos, como Bruce Springsteen o Steve Earle la escena en la que debía ponerse banda sonora.