Es normal que las sagas cinematográficas que se alargan demasiado tiendan al desvarío,
y que entre la primera entrega y la última haya un mundo. Más aún si ha habido relevo de
directores. 'Amanecer (Parte 1)', primera mitad de la adaptación del cuarto volumen de la
popular serie de libros de Stephenie Meyer, sigue la historia de los personajes concebidos
en 'Crepúsculo' (2008) y, como aquélla, ha sido pensada para un público adolescente. Pero
no queda en ella demasiado del capítulo inicial. 'Amanecer (Parte 1)' no es el espontáneo
híbrido de fantasía y romance que era aquella primera entrega. No tiene ni su sentido de
la aventura, ni su romanticismo naíf, ni el toque generacional le dio Catherine Hardwicke.
Pero no es esta entrega un giro brusco y repentino en la saga.
El cambio se ha gestado poco a poco en 'Luna nueva' (2009), pálida película puente,
y en la notable 'Eclipse' (2010), donde David Slave resolvió bien la aventura y sacó todo el
partido al triángulo sentimental sobre el que se alza la saga (la adolescente, el vampiro y el
hombre lobo). Y no porque los sucesivos directores le hayan dado su rollo (de hecho, se las
han llevado a su terreno a nivel formal, pero poco han podido tocar del original de Meyer),
sino porque la serie de novelas tampoco mantiene el tono, toma, según avanza caminos del
todo insospechados hasta llegar a 'Amanecer', el cuarto y muy desquiciado volumen. Es un
libro inesperadamente delirante, con auténticos arranques de locura. Choca por exagerado
y por bruto, y flirtea a placer con lo grotesco. Es material delicado, y todo apuntaba a
que ningún director iba a querer (o poder) adaptarlo sin rebajarle el tono. Pues bien, Bill
Condon ('Dioses y monstruos', 'Dreamgirls') ha sido fiel al original, y el resultado es un
filme tan increíblemente imperfecto como atractivo por singular, osado (moviéndose,
como se mueve, en el puro mainstream) y disparatado. Tiene una primera mitad poco
afortunada: le falla el ritmo, es demasiado cursi y, salvo por un flashback muy potente (un
episodio hasta el momento inconfeso del vampiro), está poco cuidada a nivel formal. Y la
eterna contienda entre vampiros y licántropos que cuartea el filme se resuelve esta vez de
una forma infantil. Pero, cuando Bella (Kristen Stewart) se queda embarazada, 'Amanecer
(Parte 1)' pierde el candor de las anteriores entregas y toma direcciones inesperadas, se
ensombrece y juega con un terror bruto, poco sofisticado, para reproducir la degradación
física ella (llevada muy al límite) y la enajenación mental del vampiro (Robert Pattinson) y
el lobo (Taylor Lautner) al verla sufrir.
A favor: Su naturaleza disparatada, aunque no sea del todo voluntaria.
En contra: Una primera mitad muy discreta.