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    Quiero ser italiano
    Críticas
    1,5
    Mala
    Quiero ser italiano

    Mourad o Dino

    por Quim Casas

    El protagonista de 'L'italien', 'Quiero ser italiano' entre nosotros, se llama Mourad Ben Saoud pero se hace pasar por Dino Fabrizzi. Es musulmán pero todo el mundo, menos su mejor amigo y sus familiares, cree que es italiano. Trabaja como vendedor de coches en Niza pero sus padres y hermano piensan que vive en Roma. El filme del francés Olivier Baroux protagonizado por Kad Merad -actor situado en el epicentro de la comedia francesa más domesticada desde el éxito de 'Bienvenidos al Norte'-, trata tanto de la impostura como de la divergencia cultural y el fantasma omnipresente del racismo, pero lo hace de manera tan superficial, en clave de comedia para todas las posibles plateas, que nada de todo eso, y son temas como para reflexionar o para arañar, cala en la superficie del recuerdo.

    Dino, mejor dicho, Mourad, le promete a su hospitalizado padre que hará el ramadán. Ya tenemos el esperado giro de guión tras presentarnos al protagonista como un tipo dicharachero que conoce a la perfección el subconsciente de los hipotéticos compradores de coches de lujo, se entiende bien con su compañera (aunque no sabe como disimular sus orígenes) y es admirado por todos. Así que, ante la palabra dada, le toca un cursillo acelerado de islamismo mientras sigue protegiendo su falsa identidad y llevando la vida que se ha creado en Niza simulando que es italiano, lo que, por una razón que se me escapa, encandila a todo el mundo.

    Es una película sobre la tardía búsqueda de las verdaderas raíces y sobre el encontronazo cultural y el racismo, trufada de elementos tragicómicos pero construida, de forma amable, sin arista alguna, sobre una gran mentira. Lejos de 'El empleo del tiempo', 'La vida de nadie' y 'El adversario', dramas severos sobre lo que no se es y la dificultad de romper con esa impostura, 'Quiero ser italiano' endulza en la medida de lo posible un relato similar con la vista puesta en un happy end sentimental, cultural, social, laboral... imposible.

    A favor: El actor no se sale de madre y el estilo es más o menos uniforme.

    En contra: La simpleza con la que se tratan temáticas preocupantes.

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