Este film supone el reencuentro cinematográfico entre el director Barry Levinson y el actor Robert De Niro, doce años después de 'Sleepers' (1966) y diez años respecto a 'La cortina de humo' (1998).
Kevin Bacon nunca conoció a sus coprotagonistas Robert De Niro y Dustin Hoffman durante la producción debido a la logística del rodaje, que situaba a cada uno en un lugar.