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    Kong: La Isla Calavera
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Kong: La Isla Calavera

    Apocalypse Kong!

    por Alejandro G.Calvo

    Me parece realmente increíble el caramelo que Warner Bros nos ha regalado a todos los fans del kaiju-eiga. Porque más allá de la divertidísima cinta de aventuras que es Kong: La isla calavera, esta se revela como la perfecta sublimación de la serie B (con presupuesto de mega-blockbuster: muy loco todo) así como todo un festín para aquellos adoradores del fantástico que disfruten sin ambages viendo cómo se zurran entre sí todo tipo de monstruos gigantes. ¿A quién no le puede gustar eso? A medio camino entre una comedia cosida a gusto de John C. Reilly, un Jurassic Park donde se cambian los dinosaurios por bestias surgidas del Mundo Perdido de Conan Doyle (aunque también nos valdría Michael Crichton, claro) y un bélico sci-fi en la línea de Aliens: el regreso (1986), con los privates de la armada yanqui armándose hasta los dientes para combatir a las fieras, esta enésima secuela de King Kong (1933) –seguro que a Merian C. Cooper y a Ernest B. Schoedsack les volvería locos- es un auténtico deleite para todos aquellos que sepan disfrutar de una buena dosis de fantasía, acción y cuerpos desmembrados.

    El equilibrio narrativo del film es realmente extraño: a su manera quiere ser En busca del arca perdida (1981) –de ahí que Tom Hiddleston figure como el héroe de la función (aunque el verdadero héroe sea Kong, claro)-, Apocalypse Now (1979) –las citas-homenaje al film de Coppola son continuas, aunque aquí cambien “La cabalgata de las Walkirias” de Wagner por el “Paranoid” de Black Sabbath- y El mundo de los perdidos (2009) –y eso que no le entran todos los chistes que quisiera a John C. Reilly-, todo en uno. Pero cualquier altibajo argumental o fallo de delineamiento en el perfil de X personaje queda perdonado en cuanto aparece un bicho gigante y empieza a empalar y cortar miembros de los inútiles humanoides. Tensión, diversión, fascinación y terror vivo, todo mezclado (y agitado) en unas inusuales tomas largas –esto no es Armaggedon (1998), sino algo mucho más clásico-, donde el espectador solo puede sentirse sacudido por las imágenes que ve en pantalla. Vaya, sólo por la primera aparición de Kong enfrentándose a los helicópteros UH-60 Black Hawk y UH-1H Iroquois, esta película ya entraría en el Top 3 ever de las mejores películas protagonizadas por King Kong.

    Groooooooooarrrrrrrrrrrrrrgh.

    A favor: Cada vez que aparece un monstruo.

    En contra: Cada vez que no aparece un monstruo.

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