El papel estaba concebido desde el principio para la actriz, aunque esta fue reticente en un primer momento. Valeria Bruni Tedeschi contribuyó finalmente a perfilar su personaje, escogiendo el vestuario y el peinado de Cendrine, revistiéndose de un sentimiento maternal muy potente.
El director Romain Goupil nos explica la elección del formato: "Prefiero los 35 mm. a la imagen en Alta Definición. Pero la cámara que he utilizado permite combinar las ventajas del digital y de los 35 mm., en particular en las perspectivas y en la profundidad de campo. Se trata de la cámara Red. Pudimos girar en longitud y multiplicar los ángulos para potenciar los juegos entre los niños sin tener que preocuparnos constantemente por el coste de la película".
Roman Goupil explica lo que le condujo a realizar esta película: "Primero una sensación de impotencia frente a los efectos de la política de deportación de las personas sin papeles. Hubo particularmente un caso que me connovió, el de un niño en Amiens, que cuando se llamó a la puerta de su casa para arestar a la familia, su padre huyó por los tejados, el niño quiso seguirle, cayó y entró en coma. Otro hombre, en Joinville, que para escapar de los inspectores del metro se echó en el Marne y se ahogó...".