Crítica de SensaCine.com para StreetDance 3D: Bailes

Max Giwa y Dania Pasquni debutaron en la dirección con 'Street Dance 3D', realizada tanto para formato normal como para 3D, siendo la primera película de baile en ser rodada en 3D. Como viene siendo habitual, la tridimensionalidad apenas aporta algo, salvo en los saltos y en las piruetas de los bailarines que parecen mucho más cercanas y espectaculares (y habrá a quien esto incluso le guste y le importe). Por tanto, mero capricho para enfatizar una narración que de comienzo a fin es un auténtico disparate. Pero diríamos que en realidad no hay nada malo en ello. Tampoco nada bueno, evidentemente. Pero es que productos como 'Street Dance 3D' resultan tan sencillos de desmontar en su nimiedad y en su sosería que produce casi sonrojo el incluso planteárselo. La película no pretende ser más que un divertimento para (pre)adolescentes y posiblemente cumpla con la premisa. Su modelo es claro, jugar con la ilusión de los musicales, con ese "todo puede pasar" y ese "aquí todo vale" que desde que el género comenzó su andadura tan buenos resultados ha dado. Y así, los chicos de la calle y los ricos bailarines aúnan sus fuerzas para ganar el campeonato de 'Street Dance' con rupturas sentimentales de por medio, sueños frustrados y sueños conseguidos, y poco más. Aunque quizá para cierto público sea más que suficiente.

Lo mejor: la extraña presencia de Charlotte Rampling, actriz impredecible, capaz de meterse en auténticos líos cinematográficos como el presente.

Lo peor: que la irrealidad social que transmite llega a ser vergonzosa..