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    Larry Crowne, nunca es tarde
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Larry Crowne, nunca es tarde

    Cosas del star system

    por Carlos Losilla

    Hay algo triste y oscuro en esta película aparentemente optimista y luminosa. El punto departida parece una fábula de Frank Capra mezclada con algún episodio de la serie 'Community',pero Tom Hanks carece tanto del sentido épico del primero como del sarcasmo de la segunda,por lo que el resultado es superficial y disperso. El discurso se despliega a costa de la crisiseconómica y la posibilidad de afrontarla con sentido del humor, superación personal y trabajo,mucho trabajo, tanto en el sentido material como emocional. Y la historia presenta a Hanks enla piel de un vendedor que pierde su empleo y se matricula en la universidad, donde conoceráa varios jóvenes-que-le-devolverán-las-ganas-de-vivir y, sobre todo, a la profesora JuliaRoberts, con la que mantendrá un toma y daca cómico-amoroso digno de mejor causa, pueslo que hubiera podido ser una bonita comedia romántica queda diluido en el vasto océano deinnumerables subtramas secundarias que incluyen estereotipos como un profesor oriental quese supone tan engreído como entrañable, o un vendedor de objetos de segunda mano queactúa como "alternativa" simbólica a ese sistema que se derrumba.

    Podría decirse, pues, que 'Larry Crowne' es una comedia liberal sobre la posibilidad delrenacimiento americano. "Yes, you can", parece ser el mensaje implícito. Pero, volviendoal principio, algo ensombrece todo eso. Y no se trata tanto del personaje de Roberts,amargamente insatisfecha tanto con su trabajo como con su matrimonio, como del modo enque lo abordan Hanks y Roberts. Ella aparece muy poco atractiva, sin el glamour que sueleasociarse a su nombre, antipática y siempre al borde del ataque de ansiedad. Y él la filma consaña, mostrándola siempre irritada y con mal aspecto, en consonancia, por otro lado, con laforma en que se ve a sí mismo, una mezcla de sus personajes en 'Forrest Gump' y 'La terminal',un inocentón que sale al mundo exterior para desvelar (y corregir, claro) sus imperfecciones.Y es que, a pesar de su absoluta falta de timing como comedia o de su continua recurrenciaal tópico cuando no sabe qué camino escoger, esta segunda película de Hanks como director–tras la no menos anémica 'The Wonders'—acaba interesando a ratos como documentalinvoluntario sobre la decadencia de ciertos actores y actrices que ya tienen dificultades paraencontrar su lugar en el nuevo Hollywood.

    Lo mejor: Julia Roberts, en la que quizá sea su mejor composición, quizá porque se interpreta a sí misma.

    Lo peor: El director Tom Hanks, que no tiene nada de cineasta.

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