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    La fuente de las mujeres
    Críticas
    2,0
    Pasable
    La fuente de las mujeres

    Lisístrata en Islam World (o en Musulmanlandia)

    por Eulàlia Iglesias

    Abordar las injusticias sociales no es exclusiva de un cine militante y alérgico a cualquier tentacióncomercial. Los Grandes Problemas del Mundo también pueden utilizarse para vender entradas decine a cascoporro, apelando a la conciencia del espectador de la manera más burda. Como botón demuestra, dos títulos que van a coincidir en las carteleras este invierno y que convierten la situaciónde la mujer bajo el Islam en un gancho fácil y atractivo (entre las temáticas sociales también haytendencias, y ésta encabeza el top de lo más in de la temporada) para acceder a las emocionesmás epidérmicas del público: tanto 'La fuente de las mujeres' de Radu Mihaileanu como '¿Y ahora,adónde vamos?' de Nadine Labaki se centran en grupos de musulmanas que se ponen de acuerdopara protestar ante algún tipo de injusticia producida por los hombres.

    En concreto, 'La fuente de las mujeres' se sitúa en un pueblo cualquiera del Magreb o OrientePróximo donde las mujeres deben andar cada día por unos senderos impracticables y bajo un solabrasador para recoger el agua de la fuente. Más de una vez se han quejado a los hombres de laspeligrosas condiciones en que llevan a cabo esta tarea, pero ellos hacen oídos sordos y excusansu holgazanería en tradiciones y fes milenarias. Hasta que el aborto involuntario de una de ellasdurante el trayecto provoca una forma de protesta radical: bajo el liderazgo de la joven y eruditaLeïla, las mujeres deciden proclamarse en huelga de sexo.

    Radu Mihaileanu traslada la Lisístrata de Aristófanes a una empobrecida zona rural donde, sinembargo, todas las jóvenes habitantes podrían ganar el concurso de belleza local. El director, queya se había aproximado de forma amable a graves asuntos como el Holocausto ('El tren de la vida'),el racismo hacia los judíos africanos en Israel ('Vete y vive') o la represión política y cultural en laantigua Unión Soviética ('El concierto'), viste su cine de denuncia con ropajes vistosos y coloridos,mientras entreteje una serie de narraciones secundarias que podrían haberse extraído tanto de unaactualización de un cuento de "Las mil y una noches" como de cualquiera de los culebrones que unade las protagonistas es tan aficionada a ver. De hecho, en 'La fuente de las mujeres' la guerra desexos está más cerca de una película de Bollywood que de una revolución feminista: azucarada,simple, romanticona, con un orientalismo propio de postal o de parque temático, encima la supuestareivindicación por parte de las mujeres de la película culmina en un conformismo vergonzante.

    Lo mejor: Puestas a frivolizar, Saleh Bakri, el actor más atractivo del cine árabe y parte delextranjero (con permiso de Omar Sharif).

    Lo peor: Que a esto se le llame cine feminista.

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