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    Eva
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Eva

    Ciencia fría, ficción cálida

    por Manuel Yáñez

    En uno de sus mejores hallazgos, 'Eva', la ópera prima del barcelonés Kike Maíllo, pone en imágenes el interior de la mente de un cyborg con aspiraciones humanoides. Se trata del "cerebro/alma" del "primer robot libre", que el ingeniero cibernético Álex Garel (Daniel Brühl) está diseñando siguiendo unas (sorprendentemente) rudimentarias nociones de psicología básica. Garel construye la mente del cyborg como si se tratara de un mecano tridimensional: un conjunto de esferas conectadas por hilos conductores, una representación del intelecto de la máquina que recuerda, en cierta manera, a los "paquetes de imágenes" que manipulaba de forma táctil el John Anderton (Tom Cruise) de Minority Report. De una forma similar, el espectador de 'Eva', una digna aproximación a la ciencia-ficción en clave retrofuturista, se ve enfrentado a una interesante avalancha audiovisual: "paquetes de imágenes y sonidos" procedentes del repertorio moderno, sobre todo ochentero, del cine popular.

    Ahí están los reconocibles coros de la banda sonora, que remiten a los temas de Danny Elfman para las películas de Tim Burton; o el dicharachero robot de servicio al que da vida Lluis Homar, un trasunto de carne y hueso del carismático C3P-O de la saga de 'La guerra de las galaxias'. Los referentes se extienden, consciente y oportunamente, a los pilares literarios de la ciencia-ficción. Los dilemas que conciernen a la creación de vida artificial se enraizan en el 'Yo, robot' de Asimov y se encaraman hasta 'A. I. Inteligencia Artificial', ese maravilloso monstruo bicéfalo concebido por Stanley Kubrick y dirigido por Steven Spielberg. De hecho, es posible imaginar que los gélidos exteriores de 'Eva' (un filme riguroso en su faceta de género) podrían haber interesado al director de '2001: una odisea del espacio', mientras los interiores cálidos y amables (donde se refleja la frágil dimensión sentimental del relato) podrían cautivar al creador de 'E.T., el extraterrestre'. Una combinación de ciencia ficción fría y drama caliente que hace cojear al conjunto, dado el interés que generan sus hallazgos visuales asociados a la tecnología y la indiferencia que provoca su esquemático desarrollo narrativo.

    La vertiente dramática de 'Eva' apuesta fuerte por los triángulos amorosos y paternofiliales, un territorio minado en el que el más mínimo paso en falso puede hacer estallar el sentimentalismo. Por suerte, la película opta por una cierta contención, aunque no consigue disimular la simplicidad de su armazón narrativo. De esta manera, el guión, esbozado por Martí Roca y elaborado por Sergi Belbel, se dedica a activar de forma mecánica los resortes dramáticos del relato: una fábula un tanto macabra protagonizada por humanos que juegan a ser dioses y una "caperucita roja de la nieves" en busca de un padre.

    A favor: El sutil y funcional uso de los efectos especiales, perfectamente incorporados a la elegante propuesta visual del filme.

    En contra: La fallida escena del bar, con el 'Space Oddity' de David Bowie como fondo musical, donde Maíllo demuestra sus limitaciones para el drama romántico.

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