Crítica de SensaCine.com para Operación U.N.C.L.E.: Espía como puedas

Estaba claro que este regreso al cine de espías asentado en el telón de acero poco iba a tener de nostálgico en el momento que Guy Ritchie se puso al timón del proyecto. Cineasta siempre propenso a subrayar el artificio de sus thrillers –ralentís, continuos flash-backs, aceleración, montaje sincopado- buscando así bien un efecto cómico colateral, bien una espectacularidad del efecto narrativo hoy en día más que demodé (que se lo digan a Danny Boyle), parece haberse sometido a un cierto auto-control en esta divertida Operación U.N.C.L.E., donde sí está más pendiente en vehicular de forma fluida el torrente de imágenes marca de la casa, que de convertirla en el enésimo remix agro-posmoderno tan habitual en los videoclips de las estrellas de R’N’B contemporáneo. Ese mínimo de estilización le va perfecto a la película para que sepa conjugar la sensualidad de sus imágenes con la comedia de acción típica en toda buddy movie que se precie. Porque sí, esto es ante todo una película de colegas antagónicos, casi un remake cargado de Martinis de Danko: Calor rojo, donde un ex crook convertido en superespía americano (Henry Cavill, que sustituyó a Tom Cruise a última hora) y un pétreo agente ruso (Armie Hammer, cuya presentación parece la de un Terminator), tratarán de evitar que un artefacto nuclear acabe cayendo en las manos más equivocadas.

El film es un disfrute en la línea de los Sherlock Holmes de su director –qué diferente habría sido el asunto si llega a realizarlo su director original: Steven Soderbergh-, y aunque tenga más de un bandazo que haga chirriar toda la maquinaria compositiva que vehicula, en general la película destaca por su notoria frugalidad. La imagen impostada deviene refrescante, la violencia es más ligera que nunca –incluso se muestra en off, por momentos- y la comicidad acaba ganando enteros ante lo desprejuiciado del asunto.  De hecho, es todo tan bajo en calorías, que podría resultar risible si la comparáramos, no sé, con The Americans, por ejemplo (por no ponernos a citar a clásicos clave del cine de la guerra fría como El hombre que surgió del frío de Martin Ritt o Pendiente de un hilo de André de Toth). Todo ello acaba por conferir a Operación U.N.C.L.E. un tono ciertamente pijo, lo que no le quita que haya momentos para el deleite, como cuando el agente americano degusta un vino viendo como su compañero las pasa canutas, o como cuando Gaby (Alicia Vikander) se pone a bailar espontáneamente tratando de seducir a al hierático agente ruso. Una nueva conquista del thriller light a manos de un felizmente domesticado antiguo enfant terrible.

A favor: La dirección artística, el vestuario, la música, Alicia Vikander.

En contra: Una historia cuya credibilidad rima con la de Top Secret