Debería ser evidente, incluso para el propio Luc Besson (productor de este entuerto), que el quintuplicado fotocopiado de una misma idea debe, en algún momento, parecerse más a un borrón indescifrable que a la imagen-base de la que se partía. En el caso del descuidado productor francés, el punto de partida sería la original ‘Nikita, dura de matar' donde el crimen organizado convertía a una joven en una herramienta mortífera, vaya, la perfecta asesina. A partir de ahí llegarían ‘La asesina', su propia versión de ‘Juana de Arco' –con Milla Jovovich como la ninja-santa-, la serie de televisión ‘Nikita'... y ahora esta versión latina con Zoe Saldana como bellísima e implacable killer que, además, robaría ideas de otras producciones del francés como ‘Yamakasi', la saga ‘Taxi' (llevan 4) o cutre-action movies como ‘Wasabi' o ‘Distrito 13'.
Tras la cámara, Olivier Megaton -¡vaya nombre!-, se dedica a imponer ritmo videoclipero de los noventa a una trama que de tan absurda podría parecer vanguardista: da lo mismo, aquí lo que vale es cada tiro, cada cuchillada, cada asesinato convertido en el retruécano del estilismo. Está claro que Megaton & Besson –parecen dos MC's- fijan sus referencias en la serie de J.J. Abrams ‘Alias' –hasta sale Michael Vartan como inútil novio de la protagonista-, intentando mezclar belleza, exotismo, acción y venganza en una película que acaba resultando torpe y aburrida por más explosiones que atronen. La idea es hacer una franquicia, qué se juegan a que (1) no hay más películas (2) en 5 años ya nadie se acuerda de ella y (3) Oliver Megaton tardará poco en volver a lucir en su carnet su nombre original: Olivier Fontana.
A favor: Zoe Saldana, futura pop star
En contra: La falta de... todo