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    El editor de libros
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    El editor de libros

    Autor, autor

    por Marcos Gandía

    A Hollywood (bueno, al cine en general) siempre le ha fascinado lo que sucede detrás de las bambalinas, acaso en un ejercicio o cura de humildad en el seno de una industria que basa su triunfo y su glamour en lo que se ve, no en lo que queda oculto. Con El editor de libros hace de nuevo uno de esos ejercicios de justicia poética para darnos a conocer la figura de uno de los mayores editores y descubridores de talentos literarios de la cultura anglosajona occidental. Con toda probabilidad, cuando el guionista John Logan, al que recordamos adentrándose en la figura de Howard Hughes (y de Hollywood) en El aviador, nos está narrando la historia de ese nombre/hombre en la sombra del éxito de autores como Thomas Wolfe o Ernest Hemingway debe estar reivindicándose como ese ser en la sombra llamado guionista. El director, los actores, incluso el argumento o la música están siempre por encima del guionista, personaje que ni siquiera hace los photocalls en las premieres. Por ello, Logan se identifica con el Colin Firth de la película, y por eso es este un trabajo en el que destaca más el guión que su plasmación en imágenes. Debut en la dirección de cine de un veterano y prestigioso hombre de teatro (tras el escenario, no sobre él), El editor de libros es toda corrección y pulcritud, una impecable muestra de un tipo de largometraje que sabe lo que cuenta, lo hace sin irse por las ramas y no defrauda… pero tampoco llega realmente a emocionar.

    Reivindicación, pues, de todos aquellos capaces de detectar la genialidad y a los genios, de canalizarla y domesticarlos (en cierto sentido, usar lo de domesticar le va muy bien a un trabajo tan domesticado como El editor de libros), la película hilvana un, obviamente interesante, discurso sobre una época y sobre el mundillo literario estadounidense. Egos y fama, publicidad, estilos, el dinero, el arte… Todo ello está en esas escenas en las que editor y autor reinventan la obra. Y todo ello vuelve a referirse al cine, vuelve a ser la mirada de alguien que edita películas: un guionista. Basada tanto en esos duelos de actores y diálogos (excelente cómo se van solapando a la voz del autor escrita en esos folios mecanografiados),como en la reconstrucción a lo Mad Men del negocio de las letras USA hace ya bastantes años, El editor de libros tal vez sea el mejor ejemplo de cine para leer de los últimos tiempos.

    A favor: la fuerza de Jude Law para hacernos olvidar a quien interpreta.

    En contra: su academicismo es su principal lastre.

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