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    Kirikú y la bruja
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Kirikú y la bruja

    Riqueza de dos dimensiones

    por Diana Albizu

    El francés Michel Ocelot es el responsable de una de las películas de animación más fascinantes de los últimos veinte años: 'Kirikou y la bruja', la culminación de su interés por la perspectiva plana, las técnicas de animación heterodoxas y los cuentos populares del folklore africano. Como si estuviéramos ante varios cuadros de Henri Rousseau que de repente cobrasen movimiento, Ocelot y su estética bidimensional inspirada en el arte pictórico de África Occidental chocan de frente contra las convenciones estéticas del cine de animación de la época (que ya empezaba a estar dominado por el poderío tridimensional de Pixar) y apuesta por una vuelta rotunda hacia los orígenes en cuanto a forma y fondo contando una sencilla historia que como mejor podria escucharse es en torno a una hoguera. La historia de Kirkú y cómo va superando todos los problemas y derrotando a los enemigos que pretenden acabar con su poblado tiene mucho de camino inciático del héroe, una universalidad tratada con tanto cariño e inocencia que, sin contar con el disfrute visual del trabajo y la rígida utilización que hace de los planos frontles, puede emocionar a públicos de todas las edades.

    A favor: Su sentido de la maravilla.

    En contra: Que su peculiar aspecto pueda resultar descuidado o 'barato' a un espectador lobotomizado por la estética Pixar y DreamWorks.

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