En 1961, el psicólogo Stanley Milgram realizó un experimento para ver lo dispuesta que estaba la gente a obedecer órdenes. Milgram contrató a cuarenta voluntarios y les dijo que, supervisado por un investigador (en este caso, se trata de un cómplice que actúa de experimentador), debían hacerle preguntas a un sujeto (un cómplice); cuando éste no supiera la respuesta, debían darle una descarga eléctrica de entre 15 y 450 voltios. Los hallazgos de Milgram demostraron que el 65% de los participantes aplicaron la descarga más alta, aunque se sentían mal haciéndolo, pero continuaban debido a la autoridad del experimentador (para ellos era el investigador del proyecto, la persona que les supervisaba). El cineasta Christophe Nick da un nuevo giro al experimento de Milgram en este documental de una hora y media. Traslada el experimento al ámbito de la televisión para demostrar la autoridad que despierta el medio y la influencia que tiene en la obediencia. En este caso el experimento es un concurso, donde los voluntarios, conducidos por el presentador (cómplice), deben infligir un castigo al resto de concursantes (todos ellos también cómplices) para ganar un premio. ¿Cuánto daño están dispuestos a hacer para conseguir la recompensa, seguir las normas y hacer que siga el espectáculo?