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    2 Guns
    Críticas
    2,5
    Regular
    2 Guns

    Disparos de fogueo

    por Daniel de Partearroyo

    La solvencia para el cine de acción del director islandés Baltasar Kormákur, que empezó su carrera con comedias románticas como 101 Reikiavik (2000), está quedando más que demostrada, sobre todo durante los últimos tres años que lleva instalado en Hollywood.

    Como dejaba ver en Inhale (2010) y Contraband (2012) —su otro largometraje de este periodo, The Deep (2012), fue una producción islandesa—, Kormákur es capaz de moverse con soltura en el género y aprovechar ideas pequeñas con eficacia. 2 Guns, adaptación de un cómic policiaco y vacilón de Steve Grant, se mantiene por esa senda, pero sin aportar mucho más al camino. Denzel Washington y Mark Wahlberg se lo pasan en grande interpretando a un agente de la DEA y un oficial de la Marina infiltrados en las redes del narcotráfico mexicano mientras cada uno desconoce la auténtica identidad del otro, pero el potencial de ese punto de partida pronto se disuelve en un "todos contra todos" mucho más formulaico y previsible.

    La atracción principal es la química entre Washington y Wahlberg, que resulta más efervescente cuando son compañeros de crimen en vez de fugitivos a la carrera. Mientras el segundo sigue puliendo su registro más optimista y entregado, las forzadas modulaciones del primero desde su desenfadado rol gangsta hasta el de atormentado protagonista con trasfondo dejan con la miel de un papel más divertido en los labios. Son los diferentes estratos de villanía arquetípica (del capo Edward James Olmos hasta el sombrío Bill Paxton, pasando por el WASP James Marsden) los que aportan más granos de sal pulp cuando el tenso atraco a un banco da paso a un insípido juego de ladrón que roba a ladrón menos emocionante que el potencial de sus participantes.

    Aunque Kormákur apuesta por imágenes físicas y no concede ni una pausa a la narración, es inevitable pensar que el mismo material en manos de Tony Scott, o incluso de Joe Carnahan, habría podido tener más motivos para pregnar en la memoria. Del mismo modo, también es justo señalar que la sencillez epidérmica de 2 Guns no es opaca: se extiende sobre pequeñas púas afiladas contra el infierno depredador capitalista que iguala toda diferenciación entre infractores y ejecutores de la ley ante la búsqueda de beneficio. "Es un mercado libre, no un mundo libre", dice un impecable Bill Paxton; perfecto resumen de las cabriolas de una cinta que comparte mensaje paso por paso con las recientes Mátalos suavemente (2012) y Salvajes (2012) pero no necesita subrayarlo como Andrew Dominik o masticarlo como Oliver Stone. Simplemente lo diluye en la fórmula y a correr.

    A favor: Cuando funciona, la dinámica entre Washington y Wahlberg es impagable.

    En contra: Demasiado académica a su manera para resultar memorable.

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