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    Django desencadenado
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    4,4
    2905 notas
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    104 Críticas del usuario

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    actor97
    actor97

    2.458 usuarios 108 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 5 de febrero de 2013
    Una vez más, el singular Quentin Tarantino ha demostrado que tiene un talento y una personalidad arrolladores. En esta ocasión vuelve a recurrir a una historía de época como ya hizo con su anterior película, "Malditos Bastardos", y usa su capacidad como escritor para construir una trama interesante con la que hace su película más original, no por ello la mejor. Como siempre, se ayuda de actores eficaces a los que proporciona personajes interesantes y les brinda la oportunidad de lucirse. Sus films son siempre objetivo de polémicas y críticas por su uso desenfrenado de violencia, pero pienso que se debe ver como arte y no como recurso para fomentar los malos actos. Personalmente, prefiero "Malditos bastardos", pero reconozco que "Django desencadenado" es una película correcta, algo más alocada, pero con la firma Tarantino que garantiza que, con los años, se convertirá en objeto de culto y proeza artística. El principal fallo que noté fue la irregularidad de las escenas, mientras algunas eran espectáculos increíbles otras, especialmente desde la aparición del personaje de DiCaprio, aburridas y absurdad. Aunque en el conjunto es, probablemente, la obra más completa del director ya que sobresale en todos los aspectos, tanto de producción, como en ámbitos interpretativos y técnicos.

    Jamie Foxx consigue volver a destacar después de pasar muchos años sin demostrar su gran valía como actor en una película, concretamente desde "Dreamgirls". En esta película donde interpreta al esclavo liberado Django está más que correcto y hace una de las mejores interpretaciones masculinas protagonsitas del año. Su mayor problema es que en la mayoría de escenas, se ve ecplipsado por el trabajo de sus compañeros de reparto. Christoph Waltz es el alma interpretativa de "Django desencadenado" y lo mejor de la película junto al guión de Tarantino. Aunque lleva pocos años en la industria hollywoodiense, exactamente desde que el propio Tarantino le ofreció el personaje de Hans Landa en "Malditos bastardos", por el que ganó incluso el premio Óscar. Desde entonces, en tan solo tres años, ha sabido representar el talento europeo que hay en América. Su intepretación como el doctor King Schultz es memorable y vuelve a demostrar que es lamentable que no lo hubieran descubierto antes. Leonardo DiCaprio me ha decepcionado un poco, quizás por las altas excpectativas que se habían formado respecto a su labor como el villano Calvin Candie, y porque recurre demasiado a la sobreactuación que acaba en un resultado algo artificial. Kerry Washington está correcta pero su personaje se limite a gritar y sufrir, aunque en algunas escenas destaca sobre sus compañeros. Samuel L.Jackson me dejó fascinado pese a ser un actor que no me gusta, pero cuando se hace un trabajo excelente, se debe reconocer. Su acento, su transformación física y la profundidad con la que conduce el personaje hacen que sea el roba-escenas de la película. Sin duda, la mejor interpretación después de la del austríaco Waltz.

    En el ámbito técnico es una película sin reproches. Empezando por la banda sonora, la mejor del año. Te transmite epicidad, adecuada y coordinada con la dirección personal de Tarantino. En algunas escenas, se convierte en la protagonista y regala poder al film. La fotografía es impecable, aunque tampoco logra destacar tantos como en otras películas del director. El diseño de vestuario sí es correctísimo, icónico y grandilocuente. En resumen, si no te gusta Quentin Tarantino odiarás la película y si admiras las obras con personalidad la disfutarás.

    NOTA: 8/10
    angel-bellamy
    angel-bellamy

    24 usuarios 22 críticas Sigue sus publicaciones

    4,5
    Publicada el 3 de febrero de 2013
    Sangre, humor negro, banda sonora espectacular, diálogo epicos, no me canso de decirlo de esto se compone las pelis de Tarantino,solo él puede darle su sello a un wester al igual que hizo en Malditos Bastardos con los nazis.
    Tarantino de principio a fin, te ríes, disfrutas y te impresionas con los giros que da él film.
    Papelon el de Chistopher Walz, que cómo a modo de redención con Malditos bastardos, vuelve a encarnar a un alemán aunque algo diferente...
    Dicaprio correcto cómo villano aunque este titulo se lo daría más a Samuel L Jackson que lo borda.
    Y recuerden DJANGO la D es muda.
    cine
    Un visitante
    4,0
    Publicada el 3 de febrero de 2013
    Muy buena. un poco larga pero llena de grandes dialogos y momentos espectaculares. os la recomiendo a todos.
    cine
    Un visitante
    4,5
    Publicada el 2 de febrero de 2013
    Realmente buena, muy entretenida. imprescindible de ver.
    ceciliska
    ceciliska

    6 usuarios 13 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 2 de febrero de 2013
    Buenisima, para mi es la mejor pelicula de Tarantino. sin desperdicio de principio a fin: guion, musica, imagen, actores... Recupera viejas glorias del cine, y la pelicula te lleva por una senda de evolucion magica. Christof Walzt y Dicaprio estan sublimes. Es para verla varias veces mas porque se disfruta de una manera inefable. BRAVO Tarantino!!! Impresionante.
    cine
    Un visitante
    5,0
    Publicada el 23 de febrero de 2013
    Tarantino sigue superándose. Brutal película de principio a fin. Cristoph Walz y Leonardo Di Caprio sublimes. Merece mucho la pena.
    dracomaniaco
    dracomaniaco

    21 usuarios 21 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 2 de febrero de 2013
    la película esta muy bien, pero hay momentos donde se hace eterna, tipico de tarantino, la escena de los perros realmente escalofriante, leonardo dicaprio increibl.
    Manuel García de Mesa
    Manuel García de Mesa

    16 usuarios 9 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 31 de enero de 2013
    Django desencadenado (Django unchained, USA, 2012), de Quentin Tarantino.

    El visionado de cada película de este cinéfilo antes que realizador, proporciona entre otras, la curiosa sensación de que asistimos a un collage visual y sonoro de sus pasiones cinéfilas, antes que a una proyección de un film en sí mismo. Casi podemos imaginárnoslo narrando cómo, para rodar determinada escena, tomó elementos de tal película o tal otra. Sus imágenes son absolutamente reconocibles y la banda sonora que las acompaña o subraya, suele ser exportada de otros títulos que, según él, ya escucha desde la escritura del guión y que resulta, la mayoría de las veces, apropiadísima para la secuencia en la que es colocada.

    El nuevo “juguete” del actual “niño terrible” de Hollywood, apuesta por un subgénero con el que llevaba tiempo amenazando con amenizarnos: el spaguetti-western. De alguna manera, toda su filmografía siempre ha estado marcada por la influencia de realizadores como Sergio Leone y sus acólitos, que profundizaron el subgénero llevándolo, salvo raras excepciones, a las catacumbas del cine, pero esa es otra historia. Tarantino se ha cansado de decirnos cómo da las directrices a sus técnicos para lo que denomina “el plano Leone”, ese que marcaba la mirada de los personajes ocupando la totalidad del encuadre subrayadas por la interminable música de Ennio Morricone. Por otra parte, la venganza, tema muy recurrente en el Spaguetti Western, siempre ha estado muy presente en el cine de Quentin Tarantino.

    El realizador norteamericano oriundo de Tennessee, siempre ha tenido un propósito revisionista con sus películas, acomentiendo con todas ellas, un cine marcádamente “de género”, que consigue llevar a su específico terreno, igual de reconocible que sus guiños conéfilos. En este sentido, Reservoir Dogs (USA, 1992), su ruidoso debut encumbrado en el festival de Sundance y su posterior trabajo de consagración, Pulp Fiction (USA, 1994), formaron un formidable díptico que revisionaba el film noir, en una narración con influencias de Martín Scorsese, John Woo y Stanley Kubrick, con unos toques de Jean Luc Godard, tamizada por la relectura del cine clásico emprendida en los años 70 por el cine de su país. En ellas, el cineasta dirigía su particular mirada a la delincuencia actual, la camaradería masculina, la traición... todo ello bañado en memorables secuencias dialogadas, en las que irrumpía una nada redentora violencia, hasta entonces latente. Jackie Brown, (USA, 1997) partia de un texto de Elmore Leonard, que le permitía componer un particular y suculento homenaje al cine blaxploitation (cine de acción con actores afroamericanos de protagonistas e ilustres voces de la música negra en la banda sonora) con Pam Grier, una de sus miembros más ilustres, quien fuera protagonista de Foxy Brown (USA, 1974), de Jack Hill, a la cabeza del reparto, en uno de los puzzles humanos más apasionantes vistos en pantalla, que cuenta con una labor sobresaliente de Tarantino tras la cámara. El otro díptico de su carrera, Kill Bill volúmen 1 (Kill Bill, Volume 1, USA, 2003) y Kill Bill, volúmen 2 (Kill Bill, Volume 2, USA, 2004), mira hacia el cine Wu Xia (cine chino de espadas y artes marciales), pero también hacia el spaguetti western, como acredita la idea de la venganza, que funciona como el motor de la acción. Además, en ellas ya escuchábamos música de Luis Enrique Bacalov y de su adorado Ennio Morricone extraídas de emblemáticas muestras del subgénero. Death Proof fue su contribución a esa causa emprendida, junto a Robert Rodríguez, de resucitar el Grindhouse, ese formato de cine de serie z (de muy bajo presupuesto, con bastante acción y algunos elementos de gore) para programas dobles. En ella homenajea sin rubor todo ese ramillete de películas de persecuciones automovilísticas, trufadas con un erotismo desenfadado, que poblaron la cartelera de los años 60 y 70, con Faster pussycats kill, kill (USA, 1965) de Russ Meyer, 60 segundos (Gone in 60 seconds, USA 1974), de H.B. Halicki y sobre todo, la excelente Punto límite cero (Vanishing point, USA, 1971), de Richard C. Sarafian, a la cabeza. Sin duda mereció mejor fortuna esta elaborada y disfrutable pieza de camara, que rinde clara pleitesía a la especialista neozelandesa Zöe Bell, con un impagable Kurt Russell en la piel del sádico stuntman Mike. A la hora de abordar el género bélico en Malditos Bastardos (Unglourious basterds, USA, 2009), Tarantino prácticamente renuncia al homenaje al cine clásico de su país (sólo hay algún guiño puntual). Dirige su mirada hacia el cine de hazañas bélicas emprendido por los italianos, terribles fagocitadores de géneros y secuelas durante los 70 y primeros 80, con más de una referencia a Aquel Maldito tren blindado (Quel maledetto treno blindato, Italia, 1978) de Enzo G. Castellari (exhibida en USA con el título nada casual de The Inglorious Bastards). El resultado, que también contiene algún guiño visual y sonoro al spaghetti western, es una irreverente y fascinante decostrucción del cine bélico, hábilmente sustentada en el astuto contraste idiomático que Tarantino consigue convertir en absolutamente imprescindicble para el giro de los acontecimientos de su trama (por ello su visionado en su versión original es obligatorio, prácticamente un derecho irrenunciable), que catapultó al estrellato al austríaco y políglota Christoph Waltz y al inglés de ascendencia alemana Michael Fassbender, absolutamente geniales en sus papeles respectivos.

    Su octavo largometraje, sin duda nuevamente un film de género, reverencia, como ya hemos apuntado, emblemáticos films del tantas veces referenciado Spaghetti western. Su propio título remite al firmado por Sergio Corbucci en 1966, cuyo protagonista, Franco Nero, tiene un pequeño, pero cómplice, papel. La música de Bakalov y de Morricone, como no, vuelve a subrayar algunas imágenes. El tema de la venganza también flota en el aire: el esclavo Django (Jaime Foxxx), se desquita de tres hermanos forajidos que azotaron a su esposa Brumhilda (Kerry Washington), para emprender, junto a su mentor, el Dr. King Shultz (el definitivamente habitual Christoph Waltz) el rescate de la esposa de aquél, comprada por el temible Calvin Candie (Leonardo DiCaprio) que entretiene su existencia organizando peleas de mandingos. El realizador impregna a sus personajes en esa amoralidad tan intrínseca al subgénero (que en su día cambió el western para siempre, despojándolo del maniqueísmo) con la estudiada coartada de la profesión de los protagonistas de caza recompensas. Pero el film también contiene muchos y calculados elementos del Blaxploitation. En tal sentido, son recurrentes los guiños hacia aquellos westerns que tenían a la estrella y ex jugador de rugby Jim Brown como protagonista absoluto, como las mediocres 100 Rifles (USA, 1969) de Tom Gries o El Cóndor (USA, 1970), de John Guillermín, que ya empleaban (herencia del western europeo que tanto furor causaba) esos molestos zooms a los que este Django rinde pleitesía auténtica, o el inserto de canciones un tanto estridentes para los créditos o las secuencias de tránsito, ahogando todo atisbo de sonido natural. Para tal fin, Tarantino rescata canciones de James Brown, Johnny Cash o Jim Croce, entre otros muchos. El balance final deviene en un elaboradísimo nuevo mapa humano plagado de personajes absolutamente sensacionales, cuyo guión brinda secuencias muy reconocibles en el cine de su autor: el mencionado despliegue de generosas escenas de aderezadas de diálogos ingeniosos y chispeantes (es una seña de identidad del realizador el tomarse su tiempo para que sus personajes hablen y se den la réplica), unas súbitas set pieces de violencia atroz, cuidadosamente elaboradas y montadas, numerosas referencias cinéfilas... Todos estos elementos, insistimos, fácilmente identificables, recorren los entretenidos 165 minutos de metraje, y es que Tarantino tiene muy claro lo que su público quiere ver... y se lo da, en generosas dosis. Probablemente hubiera sido deseable una conclusión del film en el primer tiroteo en Candieland, la plantación del villano, suprimiendo los últimos veinte minutos, pero hay que reconocer la gran habilidad del cineasta para mantener al espectador clavado en su asiento, disfrutando cada una de las líneas de guión y los giros de éste, servidas por las fabulosas interpretaciones de un grupo de actores entregadísimos al juego de su autor, que componen un nada ortodoxo reparto que nos vuelve a colocar en pantalla actores carismáticos, que sin duda vivieron tiempos mejores, como James Remar (habitual en emblemáticos títulos del realizador californiano Walter Hill), Don Stroud (villano de algunos títulos importantes de los 60 y 70), James Russo, Bruce Dern o Russ Tamblyn, junto a los habituales y cómplices Samuel L. Jackson, Tom Savini, Michael Parks o el mencionado Christoph Waltz, donde encajan perfectamente las novedades en su cine como Don Johnson, Jonas Hill o los mencionados Jaime Foxx y Leonardo Di Caprio.
    cine
    Un visitante
    4,5
    Publicada el 11 de febrero de 2013
    Tarantino es la caña, con cada nueva peli sorprende. Un baño de buen cine, violencia y sangre, muere todo Cristo! Una vez más el espectador se mete en la piel del prota deseando la ansiada venganza.
    eduvisi
    eduvisi

    165 usuarios 49 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 29 de enero de 2013
    Muy al estilo Tarantino, mucha sangre, humor y situaciones disparatadas. casi tres horas de pelicula muy amena, al nivel de kill bill o malditos bastardos.
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