'La felicidad nunca viene sola' es una comedia romántica en la más pura tradición del género. El realizador,James Huth, cuenta que creció con las películas de Frank Capra y de George Cukor, que "le contaban lo bonita que podía llegar a ser la vida y le descubrían la bondad que podía albergar el ser humano". Esta películas le inspiraron a la hora de dirigir esta obra: "Se trata de una historia universal, pero quería que la película tuviera un toque de glamour. El hecho de reconstruir en un estudio un apartamento estupendo que diera al parque Monceau y el estudio de arte bajo los tejados de Montmartre... da un aspecto de comedia americana de los años cincuenta, al estilo de Billy Wilder".
'La felicidad nunca viene sola' respeta los códigos de la comedia romántica, pero también se divierte con sus clichés para jugar con ellos: "Normalmente una pareja se encuentra y se enamora. Teníamos ganas de que los personajes se sintieran atraídos entre sí enseguida. Dos personas se encuentran y no pueden remediar gustarse. Es todo evidente. Pero la comedia romántica no plantean cuestiones cómo: ¿cómo van a conseguir quererse a pesar de todo lo que los opone?", declara el realizador James Huth.
James Huth escribió el guión de la película con su mujer Sonja Shillito, y nos cuenta parte de la experiencia de escribir en pareja: "¡Es el infierno! Escribir el guion ha sido lo más complicado. Nos encontramos gracias a la escritura y nos casamos porque pasábamos parte de nuestra vida trabajando juntos. Tenemos una cultura diferente y una sensibilidad opuesta, por lo que cuando estamos contentos los dos de una escena, estamos seguros de que puede gustarle a una tercera persona. Soy matemático y eslavo; ella es literata y anglosajona".
Según James Huth, 'La felicidad nunca viene sola', puede verse como un clásico de animación de Disney: "Mortartre, el jazz. A menudo pienso en esta película como una versión moderna de 'Los aristogatos'. Es O'Malley quien encuentra a Duquesa y a los tres gatitos. Hay, por otra parte, varios referentes a 'Los aristogatos' en la película". Confiesa el director.
Cuando se encontraba escribiendo la película, James Huth y Sonja Shillito no pensaban en actores en particular. Solo una vez que el guion estuvo terminado comenzaron a buscar un hipotético reparto: "Nos hacía falta una actriz que pudiera tener humanidad, desempeñar el papel de madre, pero al mismo tiempo tener glamour, y que tuviera potencial cómico. ¡Era el papel perfecto para Sophie Marceau! Me puse en contacto con su agente y le defendí el proyecto. Cinco días más tarde tenía cita con ella". En cuanto a Gad Elmaleh, fue Sonja Shillito quien pensó en él: "Buscábamos a alguien que fuera capaz de improvisar, de hacer cosas inesperadas. No tienen nada que ver entre sí, pero están hechos el uno para el otro".
En la película, François Berléand interpreta a uno de los ex maridos del personaje de Sophie Marceau. Para el realizador: "Encarna el poder, la arrogancia, y al mismo tiempo, comprendemos que le guste Charlotte y sus hijos. Hacía falta el genio de François Berléand para traducir toda la complejidad y la humanidad de un personaje en una frase, durante la confrontación final con Gad". Su compañera de reparto, Sophie Marceau, continúa: "Berléand desprende siempre esa distancia, esa ironía, esa pequeña mirada sarcástica, pero es gracioso porque proyecta todo lo contrario. La gente lo adora porque saben que detrás, hay algo tierno y profundamente de humano. En pocas escenas, hace coexistir esta ambigüedad, esta mezcla de sentimientos".