Mi cuenta
    Musarañas
    Críticas
    3,5
    Buena
    Musarañas

    No desearás al vecino del quinto

    por Suso Aira

    Nadie dudará de que la España del franquismo es el escenario ideal para situar lo que sería el spanish gothic, nuestra respuesta, más cruel, esperpéntica y granguiñolesca al american gothic. Musarañas recobra esa gloriosa tradición nacional valleinclanesca de obras cinematográficas tan suculentas como Una vela para el diablo o El extraño viaje. Comparte con el film de Eugenio Martín la truculencia hija de la represión sexual, mejor dicho: de la represión del deseo sexual representado por turistas casquivanas y machos tentadores. Y tiene asimismo de la obra maestra de Fernando Fernán Gómez esa malvada y tragicómica descripción de la trastienda de una España con esqueletos en el armario y cadáveres en las tinajas de vino.

    Aunque no persiga el humor negro como un objetivo primordial, la verdad es que la parte final de Musarañas es de un oscurísimo festival del horror desmadrado que podría emparentarla con el Braindead de Peter Jackson, no por casualidad otra historia de deseos, madres, hijas y machos en telas de arañas. Sin salir nunca del piso (los pisos) o del rellano de la escalera (¿no será Musarañas la Historia de una escalera de Buero Vallejo en versión Hershel Gordon Lewis?), con la calle vista siempre desde una ventana, el terceto protagonista, al cual se suman un espectro y algunas víctimas potenciales, sacan a la luz las miserias de la larguísima posguerra nacional. Suerte de versión gore del universo de Federico García Lorca (La casa de Bernarda Alba al frente) con fugas hacia El seductor de Don Siegel y Clint Eastwood, Musarañas es una tragedia buñueliana, además de un auténtico recital de Macarena Gómez en un personaje que se diría el lado tenebroso y slasher de La tía Tula.

    A favor: su progresivo desquiciamiento gore.

    En contra: su sorpresa se adivina enseguida.

    ¿Quieres leer más críticas?

    Comentarios

    Back to Top