Opiniones sobre Cruce de caminos (The Place Beyond the Pines)

Para los que hayan disfrutado del primer film del prometedor Derek Cianfrance ( Blue Valentine ), esto es una vez más, una historia contada como sólo Cianfrance sabe hacerlo. Te mete en la cabeza de cada personaje del film, los abre en canal aún siendo secundarios y te hace dejar de parpadear en los 140 minutos de duración. Los tres actos son concoordantes e intensos y no deja que ningún personaje se olvide hasta el fin del relato, una vez más, gracias Derek, y por supuesto Ryan.

Aburrida, lenta, gris....Lamentable que con los actores que dispone sea un cruce de pesadillas. El argumento no se conecta entre sí y lo transforma en tres peliculas diferentes. El director tendría que cambiar de equipo de maquillaje y efectos pues los actores tras 17 años son los mismos.
Ray el idota hace un cameo inverosimil copia de copland, papel que le va al pelo.
Ahorrad y ya vereis la peli de sobremesa.

Aburrida, lenta, planos larguísimos, ausencia total de dirección, desperdicio de tiempo. Recomendación: No la vean.

Sinceramente no puedo entender calificaciones a este infumable bodrio de "muy buena". ¡Por favor! El juego engañoso de disfrazar un culebrón venezolano de película independiente aderezada con estrellas que como Gosling lo único que sabe es enseñar el tupé teñido y el cigarrillo fracasa después de los veinte primeros minutos. A esta película se le descubren las costuras. Nada de lo que sucede es creíble. Esta todo tan forzado que resulta irritante. Desde el motero que va de libre y se cuelga y se vuelve medio loco al descubrir que tiene un hijo dos años después, hasta el policía arrepentido por sus actos. Lo único que se sale de la mediocridad es el siempre excelente Ray Liotta, que logra aportar algo de sustancia a una historia vacía e insustancial....incluso hasta el ridículo final.

Ryan Golsing me roba el alma durante la hora que dura su interpretación, y dicho eso, poco más he de añadir. Esta es una película sin precedentes, bella, deliciosa, triste, magníficamente elaborada e inolvidable. No es un cruce de historias cualquiera, Cianfrance construye con maestría unos personajes débiles, sometidos a un mundo aún más frágil. Para ver cien veces.

Pues la pelicula para mi gusto es demasiada larga y muy justita. Le doy un 5 por la historia pero nada mas. La pelicula tiene unos argumentos muy pobres.

una pelicula mas, no es mala pero tampoco sales del cine pensando en el peliculon que acabas de ver. A mi se me hizo un poco larga y a veces lenta. El argumento y la trama es interesante pero le falta algo de acción y se podrian suprimir muchas partes de la pelicula. No te pierdes ningun peliculon sino vas a verla.

Corre como un rayo, estréllate como un trueno

Si algo demostró “Blue Valentine”, además de que el amor se puede transformar en desamor por la acción del desgaste del tiempo, es que Derek Cianfrance es un tipo grandilocuente. Le preocupa el amor, la pérdida, las relaciones entre padres e hijos, entre seres humanos, sus actos y los resultados de los mismos, cómo es fácil juzgar por los primeros y cómo se puede convertir en héroe en base a los logros personales, merecidos o no. Y ser grandilocuente no es un aspecto negativo, no es malo tratar de aleccionar sobre la vida, siempre que se haga desde la sencillez y con una estructura coherente como la de su anterior trabajo.

“The Place Beyond the Pines” –una matrícula de honor para el simio que traduce los títulos en España- responde a esa ambición temática de su realizador. La película no solamente juega con el paso del tiempo como elemento que saca a relucir una verdad oculta a punto de ebullición, sino con el paso del testigo en la narración de unos personajes a otros, de una generación a la siguiente. Sus protagonistas corren como rayos en sus acciones, y acaban estrellándose como truenos ante las consecuencias de las mismas, y la moraleja final es que somos consecuencia de los errores de nuestros padres.

Así, Cianfrance divide la narración en tres actos, una decisión lógica para plasmar ese paso del testigo de padres a hijos, pero no necesariamente obligatoria. Su anterior película jugaba sabiamente con el montaje oscilando constantemente entre el pasado y el presente, mostrando primero a la pareja protagonista en un momento de felicidad para a continuación darle la vuelta y presentar esa misma situación desde el otro lado del espejo. Aquí, la estructura del film es lo que más juega en su contra.

El director no consigue que las tres historias entrecruzadas que componen su ambicioso retrato generacional despierten el mismo interés, y de hecho éste va en caída libre a partir del minuto cincuenta aproximadamente. Sucede justo en el momento en que abandonamos la atractiva historia protagonizada por un genial Ryan Gosling, aquí alternando la pose “Drive” con ese magnetismo animal con la cámara que ya se empezaba a echar de menos en trabajos recientes, para pasar a la interesante trama del solvente Bradley Cooper con la sensación de que la narración ha decaído con un segundo relato que carece de la fuerza del primero. Cianfrance vuelve a dar una sonora bofetada al espectador con esta ruptura, pero al contrario que en su anterior film, la bofetada no es devuelta al respetable y la sensación final es agridulce, culminando todo en una tercera parte bastante previsible donde ya la desconexión con lo anteriormente visto es absoluta.

Lo paradójico de la película es que las decisiones tomadas en ella son lógicas. Su estructura lo es, pero también lo son su acto final, que realmente da sentido a la propuesta, y su duración, necesaria para narrar una historia como ésta. Sin embargo, eso no quiere decir que fueran las más acertadas, y la pregunta es si una estructuración en la que se diera un peso equitativo a cada una de sus partes habría constituido una solución. Sea como fuere, una buena película, unos actores acertadísimos –gran trabajo también de Eva Mendes, y Ray Liotta resulta amenazante sólo con la mirada-, una banda sonora ambiental desconcertante y un relato de interés en descenso, pero igualmente interesante y recomendable.

A favor: sus actores, especialmente Ryan Gosling, y el primer relato
En contra: que sus otros dos actos, especialmente el tercero, no tengan la misma fuerza

Increíble historia te engancha desde el principio Ryan Gosling fenomenal como siempre pedazo de actor

"Cruce de caminos" resulta engañosa en varios sentidos, no es una película donde las historias se entrelazan, a pesar del título, las historias no se cruzan, más bien una deja paso a la siguiente, cuando termina toda la historia de Luke "el guapo", empieza la historia del policía Avery Cross, interpretado por un genial Bradley Cooper, y como su encuentro con Luke marcará su vida para siempre; de la tercera parte de la película es imposible contar nada sin hacer spolier, lo siento. Si esperáis encontrar un duelo interpretativo entre Cooper y Gosling, ya os digo que no se trata de eso, solo comparten una escena en toda la película y diría que no hay ni un solo plano donde salgan juntos, pero ese único encuentro cambiará para siempre sus vidas y las de varias personas más relacionados con ellos.
Me gustaría destacar la ambientación de la película, toda la primera parte trascurre en finales de los 90 y es cierto que el vestuario recuerda mucho esa época, como el horrible chándal que luce Bradley Cooper. Impresionante el look de Ryan Gosling, lleno de tatuajes, hasta en la cara y una forma de vestir descuidada y desaliñada, la mayoría de las veces lleva las camisetas del revés y llenas de agujeros. Muy valiente Eva Mendes al mostrarse tan natural, sin maquillar, con ojeras.

Pero el mérito no es solo de los actores, el director y co guionista Derek Cianfrance es capaz hacer comprensible una historia delicada y compleja, mostrando las conexiones, las coincidencias y las consecuencias de nuestras decisiones, hay tiempo para pequeños momentos tiernos y cautivadores y también para acción y persecuciones. Todo en un tono sombrío, con muchos planos rodados cámara en mano y abrumadores primeros planos que no permiten ver más allá, para de pronto cambiar y tomar distancia. En contra tengo pocas cosas, la duración, casi dos horas y media se hace larga, lo que va en contra del tercer acto que se siente como el más predecible y saber que esta película hizo que Eva Mendes y Ryan Gosling se conocieran y actualmente sean pareja, ¡en fin!