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    El molino y la cruz
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    Beatriz Lizuain
    Beatriz Lizuain

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    3,0
    Publicada el 10 de diciembre de 2012
    Película retrospectiva sobre la vida de un cuadro. Sorprendente y de gran belleza visual.
    cine
    Un visitante
    4,0
    Publicada el 5 de noviembre de 2015
    INTRODUCCIÓN
    A primera vista la película parece que pide algún tipo de análisis. Después de todo la falta de diálogo deja mucho a la interpretación.

    EL USO E IMPORTANCIA DE LA PALABRA
    Tal vez no me hubiera sorprendido tanto de no haberlo sabido (paradójicamente), pero saber de la escasez de diálogos me dificultó al principio concentrarme en la película.
    ¿Por qué se rechaza a la palabra? ¿Por qué se le niega su lugar? En algunas ocasiones parecía poco natural la falta de conversación. Pero hay que hacer una distinción. El diálogo no es necesariamente logos. Cuando se quieren resaltar las cualidades de algo, es necesario eliminar lo parecido, para que ese algo se destaque. La palabra hablada se elimina. No hay frases del tipo “¿todo bien?”, y la respuesta: “todo bien”, que se dice sin pensar. Aquí hay solamente logos, expresado con claridad y conciencia. Sin embargo, y de una manera excelente, a las pocas conversaciones o frases sin importancia no se les da ninguna. Porque no la tienen. En esos casos la voz humana se interpreta de la misma forma que los mugidos de las vacas y balidos de las ovejas. Es como si en una canción la voz fuera un instrumento más, no hay letra pero la voz enriquece al sonido.

    DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA
    En la película se comenta como en los cuadros de la época aparecía Dios desde lo alto, mirando hacia abajo, pero Bruegel decide sustituirlo con un molinero. Un típico espíritu renacentista, dónde el hombre viene a ocupar un lugar central, y lo divino queda afuera de la pintura.

    EL RENACIMIENTO DE LA CULTURA CLASICA PAGANA
    El árbol de la vida es un concepto típicamente pagano. Que aparezca en oposición al árbol de la muerte deja mucho que pensar. En éste árbol de la muerte se encuentra muerto, valga la redundancia, un protestante considerado hereje por los católicos. Muerto por tortura, al igual que el crucificado. Este otro aparece al final, cuando los propios cristianos, por no poder imitar la vida de Jesús, imitan con él su muerte. Se puede trazar un paralelismo entre estos personajes. Se ha dicho que la cruz como símbolo cristiano fue adoptada en un contexto pagano y esta representaría al árbol de la vida. Pero sobre ella está clavado un muerto. ¿Cuál de los dos árboles es la cruz, el de la vida o el de la muerte? ¿Tal vez un intermedio? Es cierto que en la pintura se encuentra en una posición central, pero más cerca del árbol de la muerte. Cuestionarse estos simbolismos es igualmente una pérdida de tiempo en la mayoría de los casos. Warburg nos diría que Bruegel merece reconocimiento por sus dotes artísticas, y no por el mensaje que transmite desde su inconsciente. Pasemos entonces a analizar el arte.

    MAJEWSKY VS BRUEGEL
    Al terminar de ver “El Molino y la Cruz” la única conclusión posible es que si el cine es un arte, entonces Majewsky es un doble, o incluso triple artista. Es que realmente lo que ha logrado es un gesamtkunstwerk, una obra de arte total.
    Pero me interesa más interpretar esto en oposición a “El Camino al Calvario” en el que la película está basada. Y para esto habrá que escuchar a Burckhardt:
    “En la medida en que por las proporciones y el ordenamiento no nos hacen recordar tiempos mejores pertenecen por completo a la decadencia, y ni siquiera reemplazan lo perdido con el encanto de la perspectiva que, por ejemplo, ha podido desarrollar el estilo moderno degenerado en manos d un Bernini. Este es capaz de concentrar nuestra mirada, mientras que allí reinan la inquietud y la dispersión: Bernini desprecia el detalle y siempre trabaja con los ojos puestos en el conjunto; en el otro caso, las formas singulares amontonadas quieren significar algo por sí mismas.”
    Este pasaje se refiere a la arquitectura, pero es aplicable al arte en general. Ciertamente, no pude apreciar el cuadro de Bruegel excepto en fotos o en la película misma, pero lo que veo es este desorden y amontonamiento de detalles del que habla Burckhardt. Majewsky en cambio se concentra en unos pocos personajes y logra el balance entre los detalles y el conjunto.
    Ahora podría estar diciendo algo equivocado, pero al menos así lo viví yo. Porque la calidad de la producción me pareció lejos de excelente, aunque sospecho que podría ser el cine (Arteplex) y no la película. De hecho la pantalla estaba medio gastada. Pero si esta hubiera sido la intención de Majewsky (de seguro no fue una limitación ya que la producción de la película duró cuatro años, pero aún así) entonces sigue haciendo méritos en cuanto a Burckhardt se refiere. Porque como él sabe, “(…) a medida que fue creciendo la afición a los materiales más caros y raros (…) por fuerza el arte y los artistas tenían que pasar a un segundo plano.” Además está claro que uno debe conectarse con la película para poder apreciarla, no hay presencia (ni correspondería al género) de efectos especiales de alta tecnología, que hagan a uno darse vuelta y observar la pantalla. (i.e.: explosiones hollywoodenses). Pero la virtud de “El Molino y la Cruz” radica en que las escenas si bien son naturales, estéticamente logran ser incluso mejores de lo que representan. Uno no quiere “estar ahí”, uno simplemente quiere “estar acá”, mirando. Y eso es exactamente lo que se está haciendo.
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