Últimas opiniones sobre Juego de armas

Dios bendiga la américa de Dick Cheney

Aquí tenemos un ejemplo de película divertida, con cierta moraleja, dinámica y con un buen acierto en el manejo de la voz en off.

Podría caerse en la tentación de ver en esta película una " Hermana pequeña" de la memorable "El señor de la guerra".

Pero esta cinta no aspira a plantearte tantos dilemas morales como aquella. Mas bien pasa por encima, dedicándoles el tiempo justo, (tal vez menos del que se merecen esos temas) y se centra en contar una historia con tintes reales de una forma amena y divertida.
Ayuda mucho para dicho fin una buena banda sonora, una división en partes del film mediante frases ingeniosas y una interpretación de la pareja protagonista que sorprende por lo buena y divertida.
Miles Teller y Jonah Hill demuestran buenas dotes no solo en la parte cómica de la cinta sino que están a la altura en la parte... digamos... mas seria.

Asombrosa y fascinante historia real magistralmente llevada por Todd Phillips ("Resacones").
Estos jóvenes "Perros de Guerra" llegan a producir simpatía por su atrevimiento en la práctica de los
negocios de armas sin caer en la ilegalidad, aunque jamás estemos de acuerdo con ellos. Otra
película demostrativa del enriquecimiento de las personas en EE. UU., si se aplica la honestidad y
la coherencia cerebral. (No sé si se me va a interpretar debidamente este comentario). En cualquier caso,
la película es MUY BUENA. .4 sobre 5. ..PICARD..

Jonah Hill y Miles Teller provocan grandes risas, pero no ignoren el absurdo político que se quema a través de los War Dogs. (El absurdo político está loco en nuestros rostros en estos días). Basado en el artículo de Rolling Stone de 2011, "The Stoner Arms Dealers", la película es tan cierto que desafía las creencias. Quiero decir, ¿quién aceptaría que dos veinteañeros muchachos de la yeshiva de Miami pudieran hacerse ricos al hacer una oferta en los contratos militares de los Estados Unidos?

Pero eso fue lo que ocurrió a mediados de la década de 2000, durante las invasiones de Irak y Afganistán entre Bush y Cheney. Solo tenias que saber explotarlo. Teller interpreta a David Packouz, un terapeuta de masajes que no lo considera un sostén de la familia para su novia embarazada Iz (Ana de Armas) y no sabe nada acerca de los contratos militares. Necesita un mentor para enseñarle las cuerdas. Encuentra uno en su amigo de secundaria, Efraim Diveroli, interpretado por Hill como una voraz montaña de un estafador que nunca conoció una estafa que no podía exprimir por más. Él le dice a David que deje de "masturbarse con los chicos" y que trate de vender "sábanas de calidad" a hogares de ancianos e ir a donde está el dinero, junto con los bebés y el golpe. Como un adorador de Scarface desde muy atrás, Efraim conoce esa escena.

Jonah Hill y Miles Teller provocan grandes risas, pero no ignoren el absurdo político que se quema a través de los War Dogs. (El absurdo político está loco en nuestros rostros en estos días). Basado en el artículo de Rolling Stone de 2011, "The Stoner Arms Dealers", la película es tan cierto que desafía las creencias. Quiero decir, ¿quién aceptaría que dos veinteañeros muchachos de la yeshiva de Miami pudieran hacerse ricos al hacer una oferta en los contratos militares de los Estados Unidos?

Pero eso fue lo que ocurrió a mediados de la década de 2000, durante las invasiones de Irak y Afganistán entre Bush y Cheney. Solo tenias que saber explotarlo. Teller interpreta a David Packouz, un terapeuta de masajes que no lo considera un sostén de la familia para su novia embarazada Iz (Ana de Armas) y no sabe nada acerca de los contratos militares. Necesita un mentor para enseñarle las cuerdas. Encuentra uno en su amigo de secundaria, Efraim Diveroli, interpretado por Hill como una voraz montaña de un estafador que nunca conoció una estafa que no podía exprimir por más. Él le dice a David que deje de "masturbarse con los chicos" y que trate de vender "sábanas de calidad" a hogares de ancianos e ir a donde está el dinero, junto con los bebés y el golpe. Como un adorador de Scarface desde muy atrás, Efraim conoce esa escena.

Jonah Hill y Miles Teller encienden grandes risas, pero no ignoren el absurdo político loco que arde a través de War Dogs. (El absurdo político locos está en nuestras mentes en estos días.) Basado en el artículo de 2011 de Rolling Stone, "The Stoner Arms Dealers", la película es tan dolorosamente cierta que desafía la creencia. Quiero decir, ¿quién aceptaría que dos muchachos yeshiva de veintitantos años de Miami podrían hacerse ricos al pujar por contratos militares de los EE. UU.?

Pero eso es lo que estaba disminuyendo a mediados de la década de 2000, durante las invasiones de Bush y Cheney en Iraq y Afganistán. Solo tenías que saber cómo explotarlo. Teller interpreta a David Packouz, un terapeuta de masaje que no lo está reduciendo como sostén de su novia embarazada Iz (Ana de Armas) y no sabe nada sobre contratos militares. Él necesita un mentor para mostrarle las cuerdas. Encuentra uno en su amigo de menor altura, Efraim Diveroli, interpretado por Hill como una montaña voraz de un estafador que nunca se encontró con una estafa que no podía exprimir para obtener más. Él le dice a David que deje de "sacudir a los hombres" e intente vender "sábanas de calidad" a los hogares de ancianos e ir a donde está el dinero, junto con los bebés y el golpe. Como adorador de Scarface desde hace mucho, Efraim conoce esa escena.

Juego de Armas (2016).
El director de la saga de "Resacón en Las Vegas" cuenta de nuevo con el consagrado Bradley Cooper como secundario para contarnos la historia basada en hechos reales de dos jóvenes traficantes de armas que consiguieron hacerse con millonarios contratos con el ejército estadounidense. Los cada vez más cotizados Jonah Hill y Miles Teller ("Whiplash") encarnan a dichos jóvenes. Los acompañan el veterano Kevin Pollak y la bellísima actriz cubana Ana de Armas (cuyo apellido le va al pelo a su personaje...).

¿Qué podemos sacar en claro de esta cinta a caballo entre la comedia y el drama? Pues básicamente dos cosas:

1. La guerra es un enorme NEGOCIO. Nada que ver con causas patriotas ni nada parecido...

2. Nadie se hace multimillonario sin:
a. Hacer trampas o cometer delitos... que es lo mismo...
b. Ser un inmoral de uno u otro modo (que se lo digan al imperio Zara por poner un simple ejemplo).

La película se deja ver, entretienen sus casi dos horas de metraje, y hasta nos pone al día de lo que se cuece en esos lejanos países del Extremo Oriente...

Raúl Cabral.
Puntuación personal: 6

"juego de armas es una comedia muy divertida, buena sobretodo. Le vamos a dar 3 estrellas y media, buena".

"Juego de armas es de esas insólitas comedias contemporáneas que saben cómo hacerte reír de verdad".

Una muy buena peli para una tarde pero no suficiente como para ponerla en un lugar mas privilegiado. Te ríes eso si,tiene ratos de acción, pero no interesa su historia lo suficiente como para llegar a creerla y no empatisas con los personajes nunca mas haya de verlos y pasar de ellos. Quizás no lo intente tampoco. Buena pero no da para mas que eso.

La película "Juego de armas" de Todd Phillips plantea la historia real de dos jóvenes que se la querían pegar al Pentágono con la venta ilegal de municiones. Aquí encontramos otro de los sueños americanos posibles: el de la codicia, el de la ambición de tener pasta rápido y a punta de pala, el del triunfo de jóvenes al precio que sea, incluso pagando con la muerte si fuera necesario. La cinta se inicia en un flashbacks donde uno de los personajes ( Miles Teller aquel actor que sufría lo indecible para superarse a si mismo tocando la batería en una banda de la elite de la música frente a un desalmado de director,encarnado en el actor J.K.Simmons, que lo exprimía hasta el máximo en la película "Whiplah" de Damien Chazelle) principales cuenta la historia con su voz en off. El otro socio compañero de aventura en sus negocios sucios, Jonah Hill, como prolongación del personaje histriónico que interpretaba en la cinta "El lobo de Wall Street" de Martín Scorsese donde la farra y la obsesión del poder del dinero están a la orden del día. Ellos son los que mueven ese sueño loco de conseguir la pasta al precio que sea. El tráfico de armas no es un tema nuevo, pues Andrew Niccol con "El señor de la guerra" interpretado por Nicolas Cage ya lo tocaba con mucho acierto donde representa un contrabandista que intenta escaparse de todos los fregados en que se mete. Con todo, en este caso, la acción y el interés no decae nunca hasta el final.

La película cuenta la historia de dos jóvenes inmersos en líos de tráfico de armas. El encuentro, después de unos años, les da alas para sumergirse de lleno en los infiernos de las mafias de contrabando de armas, en dejar de una vez por todas el sufrimiento diario de un curro que te da para vivir justo hasta mitad de mes y el resto del tiempo en la miseria. El negocio del tráfico de armas mueve infinidad de pasta y ellos solo quieren las migajas que caen de los platos suculentos. Ese hambre desmedido de comerse el mundo no les asusta lo más mínimo ni siquiera en los fregados en que se meten y menos arriesgar la vida si fuera necesario. Triunfar es la palabra clave, montar una empresa por todo lo alto y sentirse realmente importante con poder de mando. Con ello, ser alguien importante en la vida, sin mirar atrás ni lo que mueven tus manos ni las desgracias que puedan causar. Sus límites no se quedan ahí, con las sobras, sino que buscan comerse parte del pastel. Por eso, se lanzan a la aventura sin control ni freno alguno por conseguir todo o nada, porque la vida no merece la pena si eres un miserable. El thriller está contado en clave de comedia, por eso la coña y el cachondeo está presente siempre: música discotequera, risas en momentos críticos, salidas de tono que le dan una cierta ligereza a las imágenes. En definitiva, la mezcla entre un tío responsable que se ve abocado a los follones y las escaramuzas junto a su amigo más calavera y desbocado son la maquinaria que hace avanzar la trama sin descanso.