Es curioso como películas que apenas tienen publicidad y no están respaldadas por una intensa campaña de marketing, te dejan mejor sabor de boca y te hacen amar el cine mucho más que las apuestas millonarias de los grandes estudios.
El mayor atractivo de esta película es Tye Sheridan, un joven actor de dieciséis años, que solo ha hecho tres películas, pero tiene un gran talento, sus miradas y sus silencios son cine en estado puro. Sheridan debutó en 2011 como el hijo mayor de Brad Pitt en El árbol de la vida, después de ser seleccionado en un casting de 10.000 niños. Su segunda película es Mud y con la tercera, Joe, ha sido premiado como actor revelación en la 70 edición de la Mostra de Venecia. En Mud, Sheridan interpreta a Ellis, un adolescente que ve como el matrimonio de sus padres está a punto de terminar, pero no deja de creer en el amor, está enamorado de una chica mayor que él y no duda en pelearse con chicos mayores para hacerse valer. Se siente identificado con Mud cuando le oye hablar sobre Juniper, como siempre la ha querido y como es capaz de cualquier cosa para que no sufra, aunque ella no sea capaz de recompensárselo. Es su pasión y su ingenuidad lo que llena toda la película.
Matthew McConaughey, está inmenso como Mud, ya me gustó mucho la última vez que le vi, en El chico del periódico, y ahora vuelve a demostrar lo que ha madurado, es capaz de mostrar registros increíbles y sí, en esta cinta también luce abdominales. McConaughey es el perfecto antihéroe, sabe reflejar muy bien la ambigüedad de la naturaleza de Mud, un hombre sombrío y con un pasado turbulento, pero para Ellis y Neckbone sólo es un hombre tratando de salvar a su amada de los malos. Reese Witherspoon es Juniper, la causa de todos los males de Mud. También podemos ver al veterano Sam Shepard como el vecino de Ellis y no podía faltar Michael Shannon en una película de Nichols, en este caso como el paleto tío de Neckbone, poniendo un punto divertido, todo un descubrimiento el tal Michael Shannon.
Jeff Nichols es el responsable de dirigir y escribir el guion y lo cierto es que a mí me ha cautivado. La historia evoca los relatos de Mark Twain, con unos chicos viviendo una aventura en el río Mississippi, y a la vez, esconde una trama de venganza, violencia, desengaños amorosos y perdida de la inocencia. Nichols sabe combinar con maestría la sublime banda sonora de David Wingo con la delicada poesía visual de sus paisajes, convirtiendo al río en un personaje más, en ese sentido me recordó a Bestias del sur salvajes. Cine poco convencional, pero disfrutable de principio a fin.