"Acorralado" (Rambo) es una emblemática cinta de acción de comienzos de los 80s, que establecería un precedente y manual para el cine de acción y guerra de Vietnam, y que consolidaría a Sylvester Stallone como el máximo exponente de “súperheroes humanos”. Un clásico indiscutido del cine de acción de la mano del director Ted Kotcheff, basado en la obra de David Morrell, “First Blood” (1972), que contó con tres guionistas, incluido el mismo Stallone. Un film con un ritmo trepidante, que comienza de forma reflexiva con este ex soldado de Vietnam, condecorado con la medalla de honor del Congreso de los Estados Unidos, que se entera lastimosamente que uno de sus grandes amigos de la guerra, ha fallecido en casa, por las secuelas del horror en Vietnam. Este hecho es el que desorienta y trastorna a un Rambo que vagará por la calle tratando de entender que fue lo que pasó, por qué pasó y qué es lo que viene ahora. Sin embargo, se cruzará en su camino el típico sheriff fanfarrón y prepotente, cuya obstinación por demostrar poder por sobre cualquier ciudadano está lejos de entender la situación de este hombre y se dedicará, en prácticamente toda la película, a hostigarlo, provocarlo y cazarlo.
Entonces, lo que parece ser un procedimiento muy simple para un mediocre cuerpo de policía estatal, se transformará en un infierno, cuando Rambo no acepte sus abusos físicos y decida escapar. Las escenas en las que Rambo se esconde en las montañas son decididamente los mejores momentos de la cinta, y muestran a un hombre capaz de escalar un barranco, soportar una caída de varios metros y cortarse el brazo, soportar y escapar de un bazucazo en una mina abandonada y cuanta adversidad se le ponga en el camino. Teasle no se cansa de perseguir a Rambo y para ello llama a la Guardia Nacional, pero no hay caso. Las palabras del Coronel Samuel Trautman, que formó a Rambo y viene a advertir a Teasle que no es la forma de tratar al ex combatiente si quiere atraparlo, son decidoras cuando señala que está entrenado para no sentir dolor y no tener misericordia, y que puede matarlos a todos, si quiere. La conmovedora escena en la que Trautman le pide a Rambo que se entregue y termine con el enfrentamiento y éste explota en un llanto desgarrador al recordar los horrores de la guerra, refleja la intención del guión y del director de hacer una relectura de la Guerra de Vietnam en un Estados Unidos, por entonces, bajo la administración Reagan. Si en los años 70s, la sociedad estadounidense se oponía a una guerra extremadamente violenta y sin sentido alguno, en los 80s, se preocupan de analizar el trauma de los ex combatientes y devolverles la categoría de héroes de guerra.
A parte de ser una gran película de acción al uso común de los ochenta, su mérito consiste en no conformarse solo con eso, ya que la acción no es gratuita, sino que está al servicio de su interesante argumento, una feroz crítica a la sociedad americana que herida por su impensable derrota en una guerra desigual, da la espalda a sus soldados tachándolos de criminales y fracasados. Otra lectura no tan buena es evidente: la del enaltecimiento de la cultura militar y sus valores supuestamente más puros frente al funcionamiento de la sociedad establecida. Frases como "pudimos ganar esa guerra pero no nos dieron los medios" son testigo de ello. Dejando a un lado las impresiones políticas, filosóficas o éticas que esta película de acción transmite, puede decirse además que la realización es francamente brillante, que ha envejecido estupendamente, que las escenas de acción están magistralmente rodadas y que a parte de ser otra de las míticas películas de la infancia de muchos entre los que me incluyo, es un gusto ver que casi cuarenta años después, es más notable que muchas de las películas de acción contemporáneas, gracias sobretodo a su realismo y verosimilitud.
Las actuaciones son inmejorables, Sylvester Stallone muestra la capacidad de convencer al público de estar preparado en técnicas de supervivencia y combate, encarnando a un ex combatiente que se contiene, a pesar de los abusos y el hostigamiento de sus persecutores. Interpretando a un héroe de guerra que ofreció su vida por una guerra que estaba a todas luces perdida antes de iniciarse y que sufre la indiferencia y el rechazo de una sociedad que no reconoce ese sacrificio. Volviendo con el monólogo de Stallone, cabe resaltar que Rambo reconoce haber estado mejor en la guerra, donde tenía instrumentos para trabajar, ametralladoras, tanques, y donde era reconocido y respetado, en la sociedad civil es considerado prácticamente un indigente y ni siquiera se ha investigado quién es. Brian Dennehy es el fanfarrón y prepotente Sheriff Teasle, en una actuación muy convincente y que se gana la antipatía no sólo de Rambo y Trautman, sino de todo el público. Representa el jefe de policía prejucioso, petulante, abusador y maniático, además de obsesivo. Richard Creena es el icónico Coronel Samuel Trautman, superior de Rambo, que advierte a Teasle de la peligrosidad del ex boina verde, pero que es ignorado por el Sheriff. Creena presenta un personaje con cierto aire paternal respecto de Rambo, a la vez que demuestra admiración por él, sobre todo en aquella icónica frase “No he venido aquí para salvar a Rambo de ustedes, sino a ustedes de él".
En definitiva, una película clásica dentro de los clásicos, que tiene muy poco que criticarle, que es entretención garantizada, además de entregar un mensaje conmovedor sobre la guerra y sus sobrevivientes. Ted Kotcheff dirige la que sin duda es el mejor film de toda su filmografía. Es mucho más que una cinta de acción con secuencias muy logradas, pues se trata de una denuncia social en toda regla, en pro de aquellos soldados que fueron enviados a una guerra que no entendían, sufrieron todos los padecimientos posibles durante el conflicto y, al regresar derrotados a los Estados Unidos, encima tuvieron que enfrentarse a una sociedad que los aborrecía y defenestraba.