Fríamente... sin motivos personales

Arthur Bishop (Charles Bronson) es un asesino profesional que trabaja en solitario. Con el paso de los años, y viendo que va perdiendo facultades, decide buscar un socio a quien enseñar todo lo que sabe sobre el negocio para después retirarse de ese mundo definitivamente. El elegido es Steve McKenna, un joven que parece tener muchas ganas de aprender el oficio y convertirse en un auténtico asesino.

Ambos llegan a formar un buen equipo, pero la violencia con la que actúa su colaborador les llevará a un enfrentamiento entre ambos y pronto se descubrirá que a lo mejor las intenciones de Steve no eran simplemente las de aprender a matar como siempre lo ha hecho Bishop.