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    El último exorcismo parte 2
    Críticas
    1,5
    Mala
    El último exorcismo parte 2

    El diablo anda suelto en Nueva Orleans

    por Xavi Sánchez Pons

    Hace tres años, un pequeño filme de terror producido por Eli Roth que venía precedido por una acertada campaña de promoción viral a lo 'Paranormal Activity' se hizo un hueco dentro del género. Ese filme era 'El último exorcismo', un exploit de la saga creada por Oren Peli que trasladaba la acción a la América profunda más religiosa. Los principales activos de la cinta dirigida por Daniel Stamm eran su modestia y un efectivo crescendo que convertía la historia en un buen ejemplar de cine de terror satánico en la línea de la maravillosa 'Carrera con el diablo' (Race with the devil, 1975). La película funcionó satisfactoriamente en la taquilla americana, y ahora llega a las carteleras españolas su secuela.

    Pues bien, todos los aciertos que contenía la primera parte son dilapidados sin miramientos en una continuación muy por debajo de lo esperado. 'El último exorcismo parte 2' carece de la ironía, del poder de sugerencia, de la atmósfera enrarecida e inquietante, y de los guiños leídos de su predecesora. Quizás se deba a que el imaginario creado por la anterior película no dé más de sí, pero es una pena que se haya desaprovechado de una forma tan burda. Parte de culpa la tiene la plana dirección de Ed Gass-Donnelly, director por otro lado de la estimable e inédita en España 'Small Town Murder Songs', que apenas muestra algo de nervio en el clímax final; a la postre lo mejor de un filme que consigue aburrir a pesar de no llegar a la hora y media de duración.

    Su guionista, Damien Chazelle (ojo, el autor del libreto de 'Grand Piano'), perdido como un elefante en una chatarrería al enfrentarse a su primera cinta de terror, tampoco ayuda a llevar la función a buen puerto, y urde una historia inverosímil y carente de tensión en la que todo es previsible. 'El último exorcismo parte 2' no ofrece nada nuevo ni fresco sobre el cine de posesiones demoníacas, no es ni un pasable divertimento, es un direct to video que ni siquiera contentará al fan menos exigente del género.

    Lo mejor: Ashley Bell, su protagonista

    En contra: que aburra a pesar de durar solo ochenta minutos

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