Malogrado western cómico
por Bibi RamosEl neoyorkino Barry Sonnenfeld, que había debutado en esto del cine con la saga de La familia Addams y que había cosechado un notable éxito con la de los Hombres de negro, donde lograba crear un cruce propio entre buddy movie y ciencia-ficción sumando a Tommy Lee Jones y a Will Smith, optó por repitir un par de años después con este último incorporándole a la mezcla intergenérica un nuevo ingrediente: el escenario del histórico oeste americano de mediados del siglo XIX. Un poco como cuando Robert Zemeckis convirtió a Doc y a Marty McFly en westeners para prolongar su saga de Regreso al futuro.
Sonnenfeld no obtiene buenos resultados con este cruce de ciencia-ficción y comedia en el oeste. Will Smith y Kevin Klein no fluyen como compañeros de fatigas, en su misión por acabar con las malas artes de un malvado interpretado por Kenneth Branagh. En general, a todo parece sobrarle unas cuantas vueltas, actores incluidos, y también esos temas musicales hip-hoperos donde, por supuesto, Will Smith tampoco pierde oportunidad para incorporar sus dotes vocales.
A favor: Los ingeniosos inventos de Artemus Gordon y el antagonista Arliss Loveless y algún que otro diálogo afortunado.
En contra: No funciona su combinación de elementos ni su propuesta cómica.