La historia está basada en la vida real de Mary Winkler (Rose McGowan), una mujer acusada del asesinato de su marido un predicador muy conocido. Su cuerpo sería hallado en el templo en el que trabajaba en 2006. Ella declararía abusos por parte de él ante el jurado, así como un disparo accidental de la escopeta, para salir impune de la condena. Las tres hijas del matrimonio quedarían bajo la tutela de los abuelos paternos.