Seis mujeres para el asesino fue la primera película del subgénero de terror denominado "giallo", que tuvo su inicio en los años sesenta. Un hito del cine ya que, después de su estreno y desde entonces, se estableció como un nuevo subgénero de referencia en Italia.
La actriz, que interpreta a Peggy Peyton en la cinta, fue la encargada de escribir la mayor parte del guión en su versión anglosajona, ya que era la única del equipo que conocía el idioma. Fue una de las razones de peso por la que la película pudo comercializarse en el mercado de los Estados Unidos.
El corto presupuesto (150.000 dólares de los años sesenta) obligó al cineasta italiano a utilizar un carro de bebé como travelling para rodar las secuencias donde la cámara seguía a los personajes.
El conocido actor de doblaje fue el encargado de prestar su voz para doblar al inglés a todos los actores masculinos de la película.
A los distribuidores no les terminaban de convencer los títulos de crédito inciales creados por Mario Bava, en los que aparecía gran parte del elenco en el salón de moda dirigido por sus dos protagonistas. De hecho, llegaron a cambiarlos por imágenes en las que aparecían unos tétricos maniquíes rojos con agujeros de bala.