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    Héctor y el secreto de la felicidad
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Héctor y el secreto de la felicidad

    Viajes con mi simpatía

    por Suso Aira

    Basado en uno de esos ejemplares de armas de destrucción masiva conocidos como libros de autoayuda (no me pregunten cuál o de qué iba: huyo de esa sección de las librerías más veloz que de las conferencias de Paulo Coelho), Héctor y la búsqueda de la felicidad recibió en su estreno británico y norteamericano un sinfín de varapalos precisamente por eso: por ser cine de autoayuda.

    En un primer vistazo, y especialmente en esas partes del metraje que están más cerca de un publirreportaje de alguna ONG que de la típica y honesta feel good movie, sí que da esa impresión. Sin embargo, parece que nadie haya apreciado en esta contraversión desencantada e irónica a ratos su condición de sátira (amable, blanda) del universo de la autoayuda: ser la versión distanciada y crítica (dentro de lo que cabe) de engendros asimismo viajeros (viajes exóticos, que si no los occidentales ricos y guapos no se sienten realizados) como la nefasta Come, bebe, ama. Entraba dentro de lo esperable siendo el adaptador/guionista y director Peter Chelsom. ¿Por qué? Porque aunque Chelsom firmara la edulcorada pese a su premisa algo pesimista sobre el destino Serendipity, o incluso Hannah Montana: la película (hoy devenida involuntariamente pieza de culto), es el autor de la exquisita Funny Bones. Igual que esta comedia metacómica indagaba en lo jodido y psicopático que es provocar la risa y la sonrisa, esta crónica de viajes (género eminentemente británico y al que se apunta el film en vez de a la reflexión chorras autoayudadora) reflexiona sobre la infelicidad del urbanita acomodado y desquiciado (la descripción del día a día del psicoanalista encarnado por Simon Pegg es deliciosamente carne de sitcom Thames TV) y la incapacidad de destilarla o encontrarla. No, no es un spoiler, pero si cuanto extrae el personaje protagonista de ese paseo por la humildad y la miseria de diseño en China o en África son esos pensamientos que anota en su agenda (y que son de esa clase de pensamientos que te encuentras ya impresos en agendas o en memes de facebook) pues ya sabremos qué piensa Peter Chelsom de esta búsqueda.

    A favor: la relación entre los personajes de Pegg y Rosamund Pike.

    En contra: sobredosis de huerfanitos, prostitutas de buen corazón y limosnerías varias.

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