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    Séptimo
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Séptimo

    Angustia familiar

    por Paula Arantzazu Ruiz

    ¿Hasta qué punto puede enloquecer una persona? ¿Cuánto de rápido puedo alguien perder los nervios, dejar de ser uno mismo? ¿Cuándo el rencor se transforma en odio infinito? Sobre estas cuestiones construye Patxi Amezcua su nuevo thriller, Séptimo, tras debutar con cierta solvencia en 25 kilates. Si aquel era un thriller con los bajos fondos como escenario, ahora Amezcua vuelve su vista al entorno más íntimo posible, la familia, para desarrollar una historia aterradora: ¿qué puede pasarle a uno si sus hijos desaparecen sin dejar rastro?

    Amezcua sitúa esta premisa en un día laborable para Sebastián (Ricardo Darín, siempre eficaz), quien se enfrenta, no obstante a uno de los más complejos juicios de su carrera como abogado. Antes, ha de ir a recoger a su prole a casa de su ex mujer (Belén Rueda) y llevarlos al colegio. Y como cada día, los niños bajarán corriendo por la escalera para tratar de ganarle la carrera al progenitor, quien baja a la puerta de la calle por el señorial ascensor del ídem apartamento de Buenos Aires donde viven. Es en ese trayecto cuando las criaturas desaparecerán, raptados por un imposible lobo feroz sin rostro. Y es en este primer tramo del filme donde Amezcua despliega su buen hacer como director: los interrogantes se transforman en suspense, el suspense en pesadilla y en angustia, subiendo y bajando una y otra vez por esas escaleras finitas que esconden un delito inverosímil. Amezcua se vale, así pues, de un montaje trepidante, pero no tremebundo, de una planificación de ese espacio intachable, transformándolo en un espacio opresor, que ahoga al protagonista hasta conducirlo a la cuasi locura.

    Pese a ese robusto primer tramo, el trabajo, no obstante, pierde fuelle una vez se agotan los recursos que el espacio puede otorgarle a la historia. Séptimo se convierte, así, en un thriller más convencional y que acaba perdiendo interés y dejando camino abierto a lo previsible. Con todo y ya sólo por su perversa moraleja, la propuesta merece atención.

    A favor: El arranque del filme es sobrecogedor.

    En contra: Su desenlace.

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