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    Lejos del mundanal ruido
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    Beatriz López Velasco
    Beatriz López Velasco

    94.508 usuarios 455 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 17 de junio de 2015
    Cuarta novela del escritor inglés Thomas Hardy y su primer éxito literario importante. Se comenzó a publicar inicialmente en 1874 como una novela seriada en la revista Cornhill, para aparecer como novela por primera vez en 1895, con una edición ampliamente revisada del texto. La obra ya ha sido llevada al cine en varias ocasiones, incluida una versión de 1967 protagonizada por Julie Christie y una reconstrucción moderna titulada Tamara Drewe (2010), dirigida por Stephen Frears. Ahora nos llega Lejos del mundanal ruido, una fiel adaptación de la mano del director danés Thomas Vinterberg (co-fundador del movimiento cinematográfico Dogma 95).
    [...] Una adaptación interesante, sobre todo por sus valores cinematográficos, la indudable belleza visual y esas preciosas imágenes de la campiña inglesa, unidas a una perfecta ambientación que nos transporta directamente a la época. También por los diálogos que resultan claros y sinceros y los personajes que están muy bien dimensionados, incluso los secundarios, el guion ha sabido condensar y respetar la novela en la que se basa.
    Sin embargo, el mayor encanto de la película reside en su elenco, Carey Mulligan (Drive, Shame) está radiante, su aspecto frágil resulta ideal para este tipo de papeles y, de nuevo, su rendimiento es inmejorable. Una mujer fuerte y decidida, pero también contradictoria e indecisa. Brillante Michael Sheen (The damned united), como el pretendiente más maduro, me hubiera gustado verle más tiempo en pantalla. Matthias Schoenaerts (La entrega) es el pastor paciente, el primer amor y el refugio al siempre acude ella cuando necesita ayuda, mientras que Tom Sturridge (On the road) será el soldado arrogante que la deslumbra con su amor pasional.
    Lejos del mundanal ruido nos ofrece una sólida adaptación de un clásico de la literatura inglesa, una historia de amores no correspondidos, una sociedad con estrictas reglas, personajes vulnerables y un destino cruel.
    Gerardo M.
    Gerardo M.

    4.450 usuarios 134 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 20 de julio de 2015
    Poca carne de celuloide

    La relación de Thomas Hardy con el cine es muy similar a la que mantienen autores como Emily Brontë, Jane Austen, o incluso Charles Dickens y Gabriel García Márquez. La magia y poesía que transmiten las páginas de sus novelas es tan inabarcable que se pierde en sus adaptaciones cinematográficas, por muchos medios con los que cuenten sus responsables o el respeto y fidelidad que profesen al material original.

    La versión que de “Lejos del mundanal ruido” propone Thomas Vinterberg supone una traslación ambiciosa, quizá la más ambiciosa de su filmografía, que va emparejada a la ampulosidad que transmite la novela de Hardy. Todo en ella es grandioso y exquisito. La dirección de Vinterberg es clásica y elegante, ayudada por su directora de fotografía habitual Charlotte Bruus Christensen, la diseñadora de vestuario Janet Patterson (“El piano”), victoriana partitura de Craig Armstrong, y un excelente cuarteto protagonista formado por Carey Mulligan, Mattias Schoenaerts, Michael Sheen y Tom Sturridge, todos ellos estupendos en sus respectivos papeles.

    Y sin embargo, a esta nueva y resumida versión de la novela le ocurre lo mismo que a la más extensa y fiel de John Schlesinger. “Lejos del mundanal ruido” es un melodrama romántico que funciona mucho mejor en papel que en imágenes en movimiento. Su envoltorio es embriagador, pero al final no existe en ella esa pasión que desprendían las frases de Hardy, y el guión trata de prescindir de aspectos de la novela cruciales para entender los actos de algunos de sus personajes, como el propio carácter de su protagonista o el poco dibujado personaje de Michael Sheen. Para muchos, incluso, puede hacerse pesada, le puede costar coger el vuelo durante su primera mitad, ya que al fin y al cabo estamos ante una historia de desarrollo lineal, pausado y lento.

    Lo que queda es una adaptación correcta, sin ningún arrojo por parte de un realizador tan arriesgado como Vinterberg, que se limita a ofrecer un relato decimonónico cargado de lirismo en sus imágenes y plagado de personajes despechados, orgullosos y vanidosos, movidos por lo que les dicta el corazón y no por las convenciones sociales. Pero tampoco puede hacer mucho como cineasta. Este relato se cuenta por sí solo, y demuestra una vez más que no ha sido nunca carne de celuloide.

    A favor: el apartado técnico y que funciona como melodrama
    En contra: Hardy no es carne de celuloide
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    1.814 usuarios 101 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 1 de agosto de 2015
    Amante sin labios que besar, enamorado sin cuerpo que amar, oídos que se recrean con el goce de su voz, ojos que miran pero no poseen pues el permiso requerido se perdió por el fatigoso camino, ¡hay acaso muerte más lenta y dolorosa!
    Por suerte es lo que esperas, por fortuna proporciona lo que anhelas, ese romance de época que empieza donde quiere terminar, para dar mil vueltas de recreo ocioso que rellena con talento y soltura y, mientras tanto, a confundir, divertir, padecer, entretener al personal con esa fascinación por el drama, amor por la pasión, apetencia por los tropiezos, dolor por el desatinado corazón, ansia por esa conjunción ardiente, urgente esperanza de resolución final que compense tanta espera y arregle tal desbarajuste.
    Porque es la esencia de la historia, el espíritu de su ser, ese alargar lo máximo posible, con precipitado caos incluido y errores como condimento que no fallan, para esa deseada mezcolanza que se resiste a lo que más solicita, que se controla ante su mayor atracción, que incrédula observa el paso del tiempo y los acontecimientos con el triste asombro de equivocarse una y otra vez.
    Felicidad, ¿dónde quedas que tan lejos estás?, ¿no alcanzo a cogerte a pesar de mi honda necesidad? Tan cerca tan prohibida, puedo sentirte pero no tocarte, verte pero no tenerte, rocambolesco juego de sentimientos y emociones combinado con armonía delicada y sutil, esmerada formalidad de innegable deleite más una preciosa fotografía que habla por si misma, de forma que sigues la ruta marcada, escrita por el novelista de la obra, también adivinable y conocida si eres admirador y devoto de este género, y te dejas llevar por el dificultoso amor de estos dos silenciosos enamorados, valientes en sus decisiones laborales/afónicos y tímidos en su privacidad que a nadie, ni a ellos mismos, engañan.
    Tiene la consistencia suficiente para atrapar, la fuerza debida para encandilar, el encanto justo para degustarla con placer y agrado de saber dónde irá a pesar de los tortuosos y enrevesados giros que se empeña en dar; Matthias Schoenaerts como merecido héroe, sufridor, fiel y honorable, claro merecedor de más suerte, Carey Mulligan como bella y confusa dama, objeto de deseo que no sabe cómo manejar sus propios arrebatos e instintos, más una corte de gratos secundarios para formalizar ese estupendo retrato de tiempo añejo donde lo no dicho era más importante que lo impetuosamente expresado, donde las miradas ruborizaban y un sólo roce carnal, leve toque mano con brazo, piel temblorosa con agitada respiración era un delirio de tormento, fascinante, penetrante e inolvidable por el cual vivir esperando o morir olvidando.
    Matthias Schoenaerts ofrece esta nueva adaptación, leal y correcta, sólida y acorde a la obra de quien nace y existe, robustez espléndida en la plasmación del momento, en la configuración del escenario, en la seducción del entorno, ajustada química entre los intérpretes, sugerente y expresiva ella/firme y potente él, un guión lleno de orgullo y misericordia, afán y celos, desdén y fortaleza, sensaciones varias que no necesitan de mucho esfuerzo para presentarse y establecer camino, lujuria sentida tímidamente/evocada con más gracia que viene a sugerir, por lo bajito, que ¡menos contención y más provocación! pues el relato adquiere más temperatura al ser absorbido por tu expectante cuerpo y pasar a la fantasiosa imaginación que lo degusta, repasa y desmenuza hasta secarlo, que lo digerido por tus sentidos que observan poca agitación temblorosa para tanta implícita insinuación.
    Vibra con moderación, retumba con templanza, no acaba de explosionar todas sus fervorosas armas, relato para provocar y encender al corazón, alterar y frustrar al alma, atosigar y preocupar a la razón que sólo logra realizarlo a medias, pues tu aprobación ante lo visto está lejos del suculento ardor que tus carnes solicitan presenciar, justa, armónica, bonita y decorosa, retrato sobrio y mesurado que pasa por cada uno de los puntos con eficacia y seguridad pero se olvida de infringir intensidad y vigor a tanta suavidad y corrección.
    "Soy demasiado independiente para ti"; te equivocas, no lo eres, muestra coherente que no sobresale dentro del amplio abanico de hermanas similares, apetecible se digiere con comodidad y complacencia, lo cual no quita se eche de menos algo más de arrebato, sufrimiento y voltaje, inyectar más energía y ardor a su placidez y finura; acomodarse sí, está bien y se aprueba pero necesito experimentar la tormenta, su lluvia y catastróficas o conformes consecuencias con mayor devoción y éxtasis, vivir y absorber el proyectil de apertura, el granizo de entretiempo y la traca que anticipa su final con mayor ímpetu y desasosiego.
    "Así la ardiente pasión, que en abrasado volcán convertía al corazón, se trueca en tibia ceniza al pie de los altares y, arroyo que se desliza es lo que torrente fue. Ceniza que da calma al amante corazón, por eso el dulce sosiego de los felices esposos, es la ceniza del fuego de sus pechos amorosos; evidencia de gran amor/vacilación respecto la pasión, la dicha perseguida se revela y desafía como se espera pero sin la magnitud y fuerza que se imaginaba, parece que, desde el principio, la ardiente pasión fue tibia ceniza, siempre arroyo/nunca torrente, de modo que la erupción del volcán nunca fue de violento magma, nunca fue de auténtica lava.
    cine
    Un visitante
    2,0
    Publicada el 2 de marzo de 2016
    Leeeeenta..... La peli esta muy bien producida. Pero me aburrió mucho. Para un final que todo el mundo espera y sucede.
    cine
    Un visitante
    4,5
    Publicada el 18 de mayo de 2020
    Hermosa película de época me encantan todas las que soy historias de amor el vestuario los pero ajes el actor principal tan guapo lo he visto en otras películas y es guapísimo lo sigo en cada película q realiza bello bello bello
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