Crítica de SensaCine.com para Atrapa la bandera: Viaje unidimensional

Después del exitazo que logró con su puesta de largo Las aventuras de Tadeo Jones, la curiosidad y la expectación sobre el nuevo paso de Enrique Gato en calidad de músculo de la animación española eran altas. Es cierto que de un tiempo a esta parte el sector se ha afianzado tanto en la taquilla española como fuera de nuestro territorio, pero la respuesta del público ante el bonachón antihéroe Tadeo hizo recuperar un poquito de fe en el peliagudo vínculo entre espectador y cine patrio. Bien, con Atrapa la bandera Gato se ha hecho grande e incluso ambiciona la luna, pero en ese camino hacia la exportación de su talento parece que ha perdido algo de sí mismo.

Si hay que subrayar el punto flaco de Atrapa la bandera es paradójicamente su poca valentía con el relato que cuenta. Casi parece que han ido a lo seguro: la historia sobre el hijo de un astronauta de la NASA que acaba metido en un cohete junto a su abuelo con el objetivo de frenarle los pies al villano para que no colonice el satélite terrestre y lo explote comercialmente no acaba de convencer por su poca inventiva y su previsibilidad. Algo histriónica, claramente enfocada al mercado internacional y absolutamente marcada por los valores de familia, competitividad y superación, cuesta sentir empatía hacia los personajes de Atrapa la bandera. Hay técnica, hay más que ritmo, velocidad, pero todo queda en un nivel muy básico. Y quizá lo que esperamos de nuestra animación es que ahonde en las aristas del dibujo en vez de quedarse satisfecho ofreciendo un trabajo sin apenas dimensión.

A favor: Como segundo paso de Enrique Gato es prometedor.

En contra: Que su historia ha perdido el carácter de sus anteriores películas.