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    Fences
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    David Filme
    David Filme

    16.237 usuarios 262 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 7 de noviembre de 2020
    "Fences" es un interesante y sólido drama, dirigido y protagonizado por Denzel Washington. Adaptación cinematográfica de la obra teatral del mismo nombre, escrita por August Wilson en 1983. La historia ambientada en la década de los 50 en Pittsburg, gira en torno a una antigua promesa del béisbol americano llamada Troy Maxson (Denzel Washington) que, por circunstancias, ahora se ve obligado a trabajar recogiendo basura para sacar adelante a su familia. Troy es un hombre muy trabajador, rudo, rígido, y constantemente se enorgullece de cómo ha ganado todo en su vida luchando y trabajando duro. Su fiel esposa, Rose (Viola Davis), se ha entregado a él en cuerpo y alma durante más de 18 años de matrimonio, muy enamorada de su marido al que apoya siempre. Ambos tienen dos hijos, uno de una aventura anterior de él en su época de joven, Lyons (Russell Hornsby), un músico cuyo deseo es que su padre vaya a verlo tocar al club. El otro hijo, Cory (Jovan Adepo), es constantemente maltratado física y verbalmente por su padre. La mayor parte del film se desarrolla en el interior de la casa de Troy o en un patio trasero, salvo la escena de apertura que nos muestra a Troy y su mejor amigo Bono (Stephen Henderson) montados en un camión de basura. Esta reducida estructura es debido a que estamos ante una adaptación teatral de una exitosa obra, como ya he mencionado anteriormente.

    Durante el transcurso de la narración nos enteramos que Troy, tuvo un padre abusivo que lo obligó a abandonar su casa siendo aun adolescente, estuvo en la cárcel y fue un prometedor jugador de béisbol. Descubrimos cierta frustración en Troy porque nunca tuvo la posibilidad de acceder a las Ligas Mayores de Béisbol, hito que rompío Jackie Robinson en 1947 como el primer jugador afroamericano en conseguirlo. Ese hecho histórico rompió barreras para los jugadores de color, que hasta ese momento tuvieron las puertas cerradas por el racismo imperante de la época. La película ofrece al público una visión de la vida de la clase trabajadora afroamericana durante la década de los 50, y cómo su existencia está marcada y moldeada por el racismo, justo antes de que llegara el movimiento por los derechos civiles. Hay muy pocos jugadores negros profesionales, y esa obsesión de Troy con el racismo que le ha perseguido toda su vida, es lo que le impide dar la autorización para que su hijo pequeño, Cory, continúe jugando al Béisbol, a pesar de que hay un ojeador que se ha fijado en él. Queda del todo claro, que utiliza sus propios fracasos como una excusa para frenar las ambiciones de sus hijos, nunca parece tener remordimientos por las decisiones que toma por muy poco consistentes que sean a veces, y siempre la culpa es de otra persona. Aun así, como espectador uno siente lástima por Troy. Un hombre terriblemente frustrado y afligido que ha construido su propia cárcel.

    Sin embargo, resulta patente la calidad del libreto que sirve de base a su sólido guión, así como la implicación del director con los personajes y con el espíritu de la obra. Lleva a cabo una recreación honesta y cuidadosa de un texto sumamente importante, no sólo para él sino también para millones de sus compatriotas. Tratándose de una inagotable fuente de inspiración para cineastas de los más diversos estilos y de un vehículo para la filmación de un cine de denuncia, social y reivindicativo. En pleno siglo XXI, el problema de fondo, lejos de atenuarse, se recrudece cada cierto tiempo en las calles estadounidenses y continúa presentando un notable protagonismo en los proyectos que la industria se encarga de llevar a la gran pantalla. El largometraje conmueve y traslada a los espectadores una carga dramática muy elevada. Algunas de sus secuencias ponen los pelos de punta, dada la emotividad de la tragedia y la capacidad que despliegan los actores a la hora de transmitirla. Sin duda, el principal factor del éxito del film se asienta sobre la labor interpretativa de su reparto. Son ellos quienes se elevan por encima de la corrección formal para alcanzar un nivel superior de calidad artística.

    Las actuaciones son sublimes, ya que es una cinta fundamentalmente con muchos diálogos y monólogos, y un escaparate ideal para el lucimiento personal de sus protagonistas con sus brillantes interpretaciones, destacando por encima de todos, la soberbia interpretación de Denzel Washington y de Viola Davis. Hay muchas escenas memorables a lo largo de la película entre ambos, pero, hay una en particular, por la que se me puso un nudo en la garganta, un momento desgarrador y cruel, cargado de una cruda emoción, y capturado por la cámara de forma intensa y muy real, donde Troy y Rose tienen una acalorada discusión en su patio trasero. A través de primerísimos planos y contraplanos consigue que no se escape ni un solo detalle de cada gesto de ambos, en su descomunal duelo interpretativo, de tal forma que es imposible mantenerse impasible e indiferente ante los sentimientos mostrados por Viola Davis tras recibir una terrible noticia. La vemos llorando mientras grita a Denzel Washington, con los ojos empañados en lágrimas, gotas recorriendo sus mejillas y la cara llena de mocos, una escena tan natural y auténtica que me hizo sentir como si estuviera ante una pareja en la vida real atrapada en la pantalla. La complicidad, sintonía y compenetración existente entre ambos actores raya la perfección.

    En definitiva, una poderosa historia sobre la familia, el amor, la responsabilidad, y las expectativas de la sociedad, con portentosas interpretaciones. Brillante dirección y gran adaptación con una fotografía que acompaña y logra crear esa atmósfera teatral que el director pretendía. El mérito del film es poder encajar la humanidad real en la pantalla. Dentro del caos de la vida y su despropósito se crean personajes caóticos y sin propósito que tratan de lidiar con su vacío interno sin tener porque llegar a ningún sitio. Lo genial es que no lo explican al público, sino que se evidencia en los diálogos.
    Luismi G.
    Luismi G.

    42 usuarios 22 críticas Sigue sus publicaciones

    4,5
    Publicada el 24 de marzo de 2017
    Me ha encantado!

    Una película muy sutil y difícil de pillarle todo el mensaje escondido.

    Es para verla unas cuantas veces más!!!

    Trata muy bien el tema de la INFIDELIDAD y de la EDUCACIÓN de los padres...

    Dejando claro que no todo es lo que parece, que sí sabemos ver más allá de la figura autoritaria, podremos ver la verdadera intención de él.

    Luis Miguel García fundador de Pausing Cine Alto Impacto
    Cesar G.
    Cesar G.

    545 usuarios 72 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 2 de octubre de 2017
    BUeno el principio fue muy lento no crei tenia el potencial de la otra ohora del film por edso no tuvo 5 solo 4 de 5
    BeniDolç Villaescusa
    BeniDolç Villaescusa

    100 usuarios 137 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 30 de noviembre de 2022
    Película USA de 2016, de una duración de 139 minutos, con una valoración de 6/10, cine verbal protagonizado y dirigido por Denzel Washington, asentado junto a Viola Davis.
    Coronada obra teatral sobre las tablas de Broadway en 2010.
    Aunque el autor August Wilson terminó el guion de la versión fílmica de su obra ya en 2005 (falleció en el mismo año), la película tardó unos años en llegar a la pantalla grande, porque Wilson había insistido en que el director fuera negro.
    Convirtiendose ésta en la tercera película que dirigia Denzel Washington, con un presupuesto de 24 mill.
    Fences es una obra de 1985 del dramaturgo estadounidense August Wilson Es la sexta en el " Ciclo de Pittsburgh " de diez partes de Wilson. Como todas las obras de teatro de "Pittsburgh".
    La obra de 1985 ganó el premio Pulitzer de drama de 1987, y el premio Tony de 1987 a la mejor obra . Fences se desarrolló por primera vez en la Conferencia Nacional de Dramaturgos de 1983 del Eugene O'Neill Theatre Center y se estrenó en el Yale Repertory Theatre en 1985.

    Fences explora la evolución de la experiencia afroamericana,  y examina las relaciones raciales  con sus traumas lastrados entre otros temas.
    Es de esas películas, en que de primeras no invita a un visionado facil, pero que según transcurre terminas metidote hasta lo más profundo de las sensaciones. Ante una história que intenta envolvernos en el sensitivo interior del devenir de una familia afroamericana durante los años 50, narrandonos de donde viene, que son, y donde se encaminan. Es en su profundidad una crítica social ante los clichés racistas estadounidenses.

    En su trabajo de realización rehusa alejarse de la puesta en escena teatral, pero ha tenido el valor de mantenerse muy apegado al texto consolidando en sus larguísimos soliloquios dejando que el espectador explore a los personajes hasta la médula.
    Es una pena, por otra parte, que haya dejado escapar las referencias artísticas de Wilson, esas "tres b": el blues, Borges, Baraka y Bearden, el pintor. Si esos ecos resonaran en la concepción de la película, la harían más redonda. Y sobre todo, si en lugar de ser únicamente fiel al texto, hubiera asumido más riesgos y hubiera buscado transmitir más con lenguaje cinematográfico con una planificación de rodaje menos plana. Es decir, abandonando ese punto de vista de narrador-testigo que hace que se estanque en algunas ocasiones la fluidez narrativa.


    No es una película fácil ni amable. En ella encontrarás diálogos elocuentes, grandes momentos dramáticos y abundantes reflexiones acerca de la integración étnica del pueblo afroamericano en los Estados Unidos (y no solo hay prejuicios de un lado sino de ambos). Es un tipo de cine que ya no se hace, que parece un poco obsoleto en su forma por su aridez formal, aunque su material de partida sea muy interesante y que ha tenido tanto calado por los dos actores que como colosos consiguen arrebatarnos la admiración desde la butaca.

    A Denzel Washington le falta garra en la dirección de esta obra de teatro filmada, pero se deja la piel en una interpretación magistral junto a su compañera de reparto Viola Davis la cual incluso supera al laureado por momentos. Pero con una contra replica de secundarios, que queda un tanto extraña en su encaje para ser una película.

    No obstante, lo más importante de Fences son… los fences, es decir la vallas, las cercas. Al comienzo, Troy nos hace saber que quiere construir una valla en su jardín, aunque no lo deja claro para qué. No parece que en su propiedad haga falta una valla, tampoco él se aplica demasiado a la tarea y como resultado, a lo largo de la película no avanza mucho. Poco a poco nos damos cuenta de que las vallas no se refieren a una construcción física (por eso el título no es en singular, sino en plural –fences  en vez de fence–), pero tienen una amplia gama de significados metafóricos. De hecho, el filme está lleno de metáforas representadas por las vallas y no sabía por dónde empezar el proceso de sacar las capas e interpretarlas. Comencé entonces por preguntarme: ¿para qué sirven las vallas en primer lugar? Para indicar un territorio, para hacer que la gente sepa lo que es nuestra propiedad, para proteger la privacidad e indirectamente pedir que los demás la respeten, para generar una sensación de pertenencia y seguridad, para tener control y mantener alejadas las cosas malas, para impedir el paso de las influencias indeseables, pero también para que alguien salga y abra los ojos o que algo escondido vea la luz, para limitar a otra(s) persona(s)… La película logra demostrar muy hábilmente cómo Troy utiliza todas estas aplicaciones de las vallas en la vida de su familia. Le observamos cómo permite que las barreras influyan su vida y cómo hace que las vallas se conviertan en las barreras que le impiden conectar con sus hijos y que le llevan a perder la relación afectuosa con su mujer.

    La película va más allá de demostrar cómo estas metafóricas barreras funcionan y también revela sus efectos disfuncionales en la familia y las relaciones personales. Resulta, por ejemplo, que el pasado, cuidadosamente guardado por las vallas emocionales, sí puede destruir la cuidadosamente mantenida barrera con el presente y que no se puede tener una vida feliz escondiéndose detrás de unas vallas. Mucha materia para reflexionar.
    cine
    Un visitante
    4,5
    Publicada el 17 de septiembre de 2018
    Como ser golpeado por un rayo - así me sentí en Broadway viendo Fences, la obra ganadora del premio Pulitzer de August Wilson. Ahora los rayos caen dos veces, esta vez en la versión cinematográfica que la estrella del director Denzel Washington trae a la pantalla con ferocidad y sentimiento de arrojar llamas. La adaptación de la película parece una obra de teatro, no una película; la tentación de abrirlo y llenarlo con trucos de cámara nunca ocurre en Washington. Algunos pueden refunfuñar al respecto - digo amén. Washington talla Fences con su propio corazón y alma, en homenaje a Wilson, quien murió en 2005 a los 60 y recibe el crédito de guión, y en honor a un gran drama abrasador que se resiste obstinadamente a ser cortado en pedazos y sirve para llamar la atención tramos Al llevar a Wilson a la pantalla por primera vez, la estrella se enorgullece del dramaturgo.
    Pedroyojim
    Pedroyojim

    80 usuarios 53 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 13 de abril de 2020
    Película muy teatral que no pierde el interés en ningún momento y que es capaz de trascender más allá de la pantalla. La potencia de las interpretaciones es soberbia. La dirección magnética. La historia es un aldabonazo directo a la conciencia.
    Min S.
    Min S.

    123 usuarios 44 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 21 de noviembre de 2017
    Me encanto esta película yo sé que muchísima gente no tendrá el grado de empatía requerido para no juzgar el comportamiento socialmente inapropiado de este padre de familia... cada personaje tiene su verdad y la defiende muy bien. Hay mucho amor y mucho dolor, los diálogos son profundos y poéticos.
    Ozonero
    Ozonero

    108.780 usuarios 1.255 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 1 de marzo de 2018
    Un trabajo magnífico de actores y actrices (mención especial la siempre estupenda Viola Davis) en un ejercicio de teatralidad que, precisamente por su naturaleza, resulta excesivamente denso, lo cual no empaña la historia y el retrato de una clase social determinada en su contexto histórico
    Dario Lapicki
    Dario Lapicki

    61.626 usuarios 450 críticas Sigue sus publicaciones

    2,5
    Publicada el 21 de marzo de 2018
    Aceptable. Una certera muestra de como eran las dinámicas familiares en EEUU allá por la década el 50, donde el hombre, era quien proveía y decidía por el resto de sus integrantes. En este caso un hombre de color, con un duro pasado, antepone sus valores patriarcales y egoístas por encima de las voluntades individuales de su esposa e hijo.
    Sin ser algo sobresaliente, me pareció una buena historia, algo lenta y MUY conversada para mi gusto, pero bien contada y con muy buenas actuaciones.
    Saturnino G.
    Saturnino G.

    36 usuarios 30 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 18 de marzo de 2017
    El tema del racismo da mucho juego en las películas, pues allí se evidencia el trato vejatorio que se ha dado en la historia ( por desgracia todavía quedan flecos de odio) contra la raza afroamericana. Ocurre que cuando un tema está demasiado cargado porque da la casualidad de estrenarse varias cintas con la misma temática, entonces se puede hacer un poco cansino. Así por ejemplo, “Figuras ocultas” de Theodore Melfi donde el esfuerzo de esas mujeres que controlan el tiempo espacial siempre se deben esforzar el doble o más si quieren conseguir lo mismo que los blancos, “Moonligh”( mejor película en los Oscar 2017) de Barry Jenkins donde la sociedad te empujaba a ser un drogadicto por muy buenazo que seas en la infancia o tu adolescencia, estás condenado a la miseria de la droga, “Fences” de Denzel Washington también se vislumbra esa amargura de tener que aguantar las discriminaciones del personal por culpa del color de la piel ( todas ellas en pugna por la estatuilla del Òscar a mejor película del 2017). Otras que se quedaron fuera de la pugna como “Loving” de Jeff Nichols donde un matrimonio interracial no se puede casar según las leyes de ese estado de Virginia y en caso de que lo hagan en otro pueden ir a la cárcel en cuanto vuelvan a casa, o la cinta "El nacimiento de una nación" de Nate Parker donde la esclavitud, la tortura y la fuerza por arrancarse las cadenas de encima están latentes. La película que nos toca comentar aquí, Fences, es poco menos que un monólogo Denzel ( director y protagonista nominado al Óscar) con su familia y un repaso de su vida junto con las condiciones penosas que afronta la vida. Todo ello casi en forma de teatro que no va más allá que del patio de su casa que es donde se desarrolla casi toda la acción. Las disputas familiares y el repaso de una vida amarga por su condición racial son los temas centrales de la trama.

    La película tiene pinta de ser un rollazo porque en un espacio tan reducido pasar más de dos horas parece harto difícil, sin embargo, con una interpretación poderosa y unos contenidos cargados hasta los topes de densidad realista mantienen el punto de interés alto. Y realmente consigue el objetivo: que no decaiga la atención de lo que vemos, porque los temas que toca nos dan de lleno en el blanco en muchas ocasiones. Esas disputas agrias de resentimiento que se dan entre padres e hijos siempre están presentes. Autoritarismo del primero siempre entendido por la necesidad de una responsabilidad de mantener a la familia con su sueldo, en cambio, el hijo no aprecia nada de esto, pues sabe que dispone de techo y comida con solo abrir la puerta de casa. Las prioridades de la vida tan diferentes para uno como para el otro: mientras que el hijo quiere una televisión ( estamos a mediados del siglo pasado), el padre pretende solucionar los defectos del tejado porque qué harás cuando caiga el peso del agua encima del aparto. spoiler: Por otra parte, está siempre latente el aspecto marginal de la raza. Así, por ejemplo, el protagonista es basurero y los de su raza nunca conducirán el camión sino que les tocará recoger la basura; o ,en otro caso, que los blancos estén mejor considerados en el bar de la esquina que ellos mismos que les colocan el plato lleno de carne y a ellos solo patatas y zanahoria. Los decibelios de crispación suben cuando Troy, el protagonista, comenta que va a tener un hijo, pero no de su mujer, aquí es donde se llega a lo más álgido del drama.
    En fin, una cinta para reflexionar sobre aspectos de la vida que no se alejan mucho de la realidad actual y con una interpretación de Denzel prodigiosa.
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