EL RETORNO DE LA COMEDIA DEL ABSURDO
En España se han sabido realizar interesantes comedias con diversas temáticas, pero si hubo una que rompió moldes en los últimos años esa es “Airbag”, la estupenda película que Juanma Bajo Ulloa dirigió en 1996 y que fue un tremendo éxito de taquilla.
“¿Quién mató a Bambi?” sin acercarse a la contundencia de “Airbag” sí que en ocasiones puede recordarla por ese humor absurdo y surrealista que desprenden muchos de sus gags, los cuales generan en su inmensa mayoría más de una carcajada (algo que no debe tomarse como baladí hoy en día) o también por alguna escena de violencia con mucho humor negro –como la escena del dedo, o del interrogatorio–. Santi Amodeo (autor de la alabada “Astronautas”), ha dirigido esta divertida comedia que tiene un “curioso” parecido con la excelente comedia mexicana dirigida por Alejandro Lozano en 2004 “Matando cabos”, vamos que es calcada al 75% y que debería ser considerada como un remake de la primera sin lugar a dudas, aunque finalmente no sea así.
La comedia que hoy analizamos es la historia de dos jóvenes amigos, David y Mudo, los cuales tienen que encontrar la manera de que el Presidente de la compañía en la que trabajan, y suegro de David, regrese sano y salvo a su casa, ya que por extrañas circunstancias se encuentra encerrado semidesnudo en el maletero de su coche. Paralelamente, un empresario acuciado por las deudas y su socio intentarán un secuestro exprés, aunque por una serie de desafortunadas coincidencias acaban secuestrando a su padre por equivocación. Una historia de secuestros cruzados, donde las coincidencias se acumulan generando momentos muy divertidos, y donde lo disparatado de la historia junto al interés demostrado por sus actores, principalmente jóvenes pero también los veteranos, hacen que las lagunas del guión e incluso lo chapucero de partes de su realización pasen completamente desapercibidos ante tanto jolgorio continuado.
Quim Gutiérrez, Ernesto Alterio y Julián Villagrán están particularmente desfasados y pletóricos en sus interpretaciones, componiendo perfectamente la melodía del absurdo que ha compuesto el señor Amodeo. Completan el reparto Clara Lago, Enrico Vecchi, Úrsula Corberó, Joaquín Nuñez (“Grupo 7”), Carmina Barrios (“Carmina o revienta”) en una pequeña pero divertida intervención y Belén Ponce de León.
Aún con lo divertida de la película y de lo interesante del reparto coral, salta a la vista que la cinta va perdiendo fuerza, a pesar de la curiosidad que plantea el desenlace de la historia. Un final simplón y mal cerrado y algunas escenas metidas con calzador (no pinta nada la escena del campo del Sabadell e Iniesta), representan la parte más negativa de una película donde el ritmo es trepidante y no da respiro al espectador entre carcajada y palomita.
Estamos sin lugar a dudas ante una película que no será premiable por sus dotes técnicas, ni siquiera por las interpretaciones de ninguno de ellos, pero donde probablemente el boca oreja la haga funcionar más que correctamente en taquilla.
Recomiendo verla en grupo, al igual que valorar la dificultad que entraña hoy en día sacar una sonrisa al espectador en los tiempos que corren.
Valoración: 6,5