Themroc

Themroc es un hombre aparentemente normal que lleva una rutina de lo más usual. Todas las mañanas se prepara el desayuno a la misma hora y de la misma forma; todos los días su mujer le indica en el reloj que se hace tarde y sale apresurado hacia el trabajo; siempre se cruza con la misma vecina. Pero de repente, algo empieza a cambiar en el protagonista.

El repentino entusiasmo por el sexo es sólo uno de los síntomas que experimenta. Themroc observa a su hermana desnuda y la huele, por todo el cuerpo. También empieza a desear el cuerpo de su propia hija. Los síntomas se vuelven del todo surrealistas cuando empieza a gruñir como un animal salvaje. Todo apunta a una cosa: la transformación en cavernícola del protagonista. Themroc va a perder todo lo que de cívico ha aprendido y a reducir su condición a los instintos más primarios y carnales. En su transición llega incluso a perder el habla y se construye una cueva en su propia habitación.