Crítica de SensaCine.com para Magia a la luz de la luna: Divertimento alleniano

Tras la demoledora Blue Jasmine, el mejor filme del neoyorquino en este último lustro, Woody Allen rebaja el tono y se atreve con una nueva comedia ligera marca de la casa de pocas pretensiones pero llena de encanto. Magia a la luz de la luna es una divertida romcom de ascendencia clásica deliciosamente demodé; en sus fotogramas se puede ver la impronta de maestros del género como Mitchell Leisen, Gregory La Cava, Ernst Lubitsch y Preston Sturges. De la misma forma que su dúo protagonista, unos estupendos Colin Firth y Emma Stone, recuerda a las parejas que en su momento formaron Jean Arthur y Ray Milland (Una chica afortunada), o Don Ameche y Claudette Colbert (Medianoche).

Cercana en espíritu y resultados a La maldición del escorpión de Jade, uno de los mejores divertimentos de Allen que, por cierto, también tenía motivos estéricos en su trama (el hipnotismo), Magia a la luz de la luna presenta como telón de fondo el mundo de la magia y la videncia, una pugna entre lo racional (el truco del mago) y lo irracional (los supuestos poderos de una médium) que pone en bandeja el enfrentamiento entre los personajes de Firth y Stone; un antagonismo del que se sirve el director de Annie Hall para dar rienda suelta en los diálogos a su misantropía y nihilismo habituales, y a un humor menos cáustico pero no exento de punch (la escena de la avería del coche es de una comicidad ganadora).

Al igual que las comedias clásicas que venera, Magia a la luz de la luna posee una nómina de actores secundarios de altura, algunos de importancia capital para la historia. En ese sentido se lleva la palma la veterana actriz inglesa Eileen Atkins, que protagoniza uno de los mejores diálogos del filme, un divertidísimo y crucial cara a cara con Colin Firth situado hacia el final de la película. En unos meses, no sería extraño ver a Atkins entre las candidatas al Oscar a la mejor actriz de reparto.

A favor: su vis cómica.

En contra: le falta un poco de mala leche.