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    Críticas
    3,5
    Buena
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    Los botines rojos de Carmen Amaya

    por Quim Casas

    La segunda película de Eva Vila (la primera, B-Side, trataba sobre la escena subterránea musical barcelonesa) es un muy buen documental, o cine de no ficción (y en este caso le cuadra más esta definición), con varios niveles de aproximación y de lectura: el flamenco en Barcelona, la transformación del Somorrostro en zona playera, el legado de Carmen Amaya, la preparación de un espectáculo musical en homenaje a Amaya bailado por la nieta de su hermana, la fascinación de un niño por el arte de Amaya y el flamenco en general, el reencuentro con las raíces por parte de familiares de la bailaora que se habían instalado o nacido en México...

      El resultado de esta amalgama de elementos, algunos condicionados por el tiempo que apremia (en 2013 se celebran los cincuenta años del fallecimiento de Amaya), otros mucho más libres, es, especialmente, una inteligente reflexión sobre el legado artístico que se va transmitiendo generación a generación. No es, en este sentido (y no debe esperarse que lo sea), un estricto documental sobre Carmen Amaya (como Innisfree no es un documental sobre la gestación de El hombre tranquilo) ni en torno al flamenco y su evolución desde el tiempo pretérito.

      Tiene momentos excelentes (sobre todo los que atañen a los ensayos del musical y la mirada maravillada del niño que quiere ser bailaor y sueña con sus botines rojos) y aunque parezca a veces algo dispersa, habla de muchas cosas y lo hace bien, sin altibajos, compensando en una balanza equilibrada la mirada al pasado y la observación atenta del presente, lo que hizo Carmen Amaya en su momento y lo que hacen ahora aquellos sobre quienes se ha depositado su legado artístico, cultural y, sobre todo, vivencial, tan adherido a una geografía cambiante como lo ha sido la barcelonesa.

    A favor: amplia muy bien, al igual que otros filmes recientes como “La plaga”, los límites de la no ficción.

    En contra: en algunos momentos parece que predominan unos personajes sobre otros, pero el equilibrio se recupera pronto.

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