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    Los visitantes la lían (en la Revolución Francesa)
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Los visitantes la lían (en la Revolución Francesa)

    Empiecen la revolución sin mí

    por Marcos Gandía

    Mientras multitud de comedias autóctonas, tan efectivas como meramente funcionales, arrasan en la taquilla de nuestro país vecino, Francia, algunas de ellas, curiosamente obra de autores veteranos, otrora exitosos y muy comerciales, se estrellan contra el muro de un público que no aprueba ya el exceso y una crítica que se abona a la corrección política, al no ofender a nadie para echarnos unas risas. El bueno de Poiré, secundado por el actor, guionista y alma mater de esta trilogía iniciada con Los visitantes hace casi un cuarto de siglo, Christian Clavier, no entiende de medias tintas y de estos cambios sociales que han convertido a una cinematografía que no tenía miedo a la autocrítica salvaje asestando garrotazos a diestro y siniestro.

    Es verdad que el atentado a la redacción de la revista satírica Charlie Hebdo supuso un giro hacia el temor y hacia el mejor no nos metamos con… Y también es cierto que a esta nueva entrega de los viajeros temporales feudales todo esto se la trae al pairo. Crítica social durísima (que ya estaba en las dos películas anteriores de la década de los 90 del pasado siglo XX) para dinamitar esa lucha de clases, esa libertad, igualdad y fraternidad que no son más que una falacia. Al situar las peripecias de estos dos energúmenos, un Don Quijote imbécil y pagado de sí mismo (Jean Reno, aquí más contenido de lo habitual) y un Sancho Panza deslenguado, rencoroso y egoísta (Clavier en una performance de aplauso), en la revolución francesa nos están demostrando, más a escépticos en general que solamente a euroescépticos, que no tenemos arreglo. El criado quiere ser señor, no busca una liberación de clase, y la guillotina es un buen método. Estas cosas duelen y más hoy cuando se le pide a una comedia que nos haga reír pero que no nos afee nuestra conducta, nuestra idiosincrasia. Los visitantes la lían (en la revolución francesa) nos pone un espejo sucio y muy antipático ante nosotros. No quiere resultar bonita ni embellecer nada: la escatología y el feísmo campan a sus anchas, así como los gritos, los aspavientos y la liberación de fluidos. Definitivamente se entiende que fracasara en Francia esta película.

    A favor: su carácter de andanada anarquista y escatológica

    En contra: cierta pérdida de ritmo en el tramo central

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