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    Red Army
    Críticas
    4,5
    Imprescindible
    Red Army

    Hockey, política y algunas cosas más

    por Quim Casas

    Producido por Werner Herzog y realizado por Gabe Polsky –quien fuera productor de uno de los últimos filmes de ficción del propio Herzog, Teniente corrupto–, Red Army es un excelente documental que retrata décadas cruciales en la historia de la vida y política de la antigua Unión Soviética con el pretexto de contarnos la historia de su equipo nacional de hockey sobre hielo, un grupo imbatible que se llamaba Red Army como mandaba la tradición épico-comunista de la época.

    La película se centra en uno de los jugadores emblemáticos del equipo, el defensa y capitán Slava Fetisov, que pasó de héroe a villano cuando la opinión pública se le lanzó al cuello por querer jugar en otras ligas, aunque después fue restituido por Vladimir Putin como Ministro de Deportes. Fetisov parece el protagonista de cualquiera de los documentales dirigidos por Herzog en las dos últimas décadas, consciente de su poder escénico, cómplice del director –sin esa complicidad, el filme no existiría–, dispuesto a expresarse tanto con gestos lacónicos como con palabras rotundas.

    Detrás del retrato de este personaje y de lo que significó el equipo de hockey sobre hielo tanto en la época de la guerra fría como en el advenimiento de la Perestroika, se esconde una visión a veces muy sarcástica sobre la rivalidad entre potencias y el declive del ideario comunista, sobre la relación entre deporte y poder y la rentabilidad del deporte y el arte como estrategias subterráneas: Anatoly Tarasov, el entrenador de aquel equipo legendario, estudió los movimientos del ballet de Bolshoi para diagramar algunas de las jugadas de sus hombres, a lo que sumó la inteligencia de un Karpov a la vez que se convertía, como lo definen en la película, en un gran mentor y uno de los padres del sistema soviético.

    La película no defraudará ni a los amantes del hockey, que imagino que no son legión en nuestro país, ni a los interesados en las pugnas políticas y los regímenes en declive. Va más allá de su enunciado –documental sobre un equipo deportivo histórico– hasta convertirse en la crónica de un mundo, y el sistema ideológico sustentador de ese mundo, que empezaba a desvanecerse.

    A favor: Su endiablado ritmo, el montaje de entrevistas e imágenes de archivo, su sentido del humor.

    En contra: Que la gente crea que es solo una película sobre hockey.

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