321 días en Míchigan

Antonio es un ejecutivo de éxito al que han condenado a dos años de cárcel por delitos financieros, pero no está dispuesto a que nadie se entere. Con la ayuda de su abogado, de su novia y algunos contactos bien pagados, pide una excedencia de trabajo y hace creer a los demás que se ha ido a Estados Unidos para hacer un máster. Para que el tiempo de la excedencia y el de la cárcel coincidan deberá comportarse forma ejemplar durante su estancia en prisión, algo que se complica cuando su novia le deja y debe arreglárselas el solo para mantener a salvo su mentira. Antonio comenzará a hacer lo que mejor sabe, aprovecharse de los demás, como de Carmona, un delincuente habitual cuya relación comercial a veces podrá confundirse con amistad; de Lamis, una antigua conocida que por é hará lo que sea y Sara, con la que compartirá algo más que las clases que imparte ésta en la prisión.

Entre bromas, charlas, partidos de fútbol, algunos que otros tragos clandestinos y unos cuantos vis a vis, la convivencia irá destapando todas las mentiras que han construido a lo largo de sus vidas.