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    It Follows
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    It Follows

    La cosa

    por Violeta Kovacsics

    En 1989, el inglés Alan Clarke filmaba Elephant, una película que denunciaba la arbitrariedad y la negación de la violencia en Irlanda del Norte. Se trataba de una pieza casi experimental en la que cámara sigue a distintos personajes, sin que el espectador sepa si estos van a ser víctimas o perpetradores de un asesinato. Más de una década después, Gus Van Sant trasladó la propuesta estética de Clarke a los pasillos de un instituto norteamericano donde tiene lugar una masacre. En los dos casos, lo que pesa es el punto de vista. Algo similar ocurre en It Follows, de David Robert Mitchell, en la que la adolescente Jay intenta escapar de una suerte de maldición. Después de un encuentro sexual, el chico con el que Jay se ha acostado le cuenta que le ha pasado algo, y que una cosa la perseguirá con la intención de matarla. Esta cosa, ese it del título que no se sabe qué es, puede tomar la forma de una persona, de un amigo o familiar o de un desconocido. Se inicia así una carrera hacia la desconfianza que sólo terminará si Jay se acuesta con otra persona.

    Como en la película de Clarke, It Follows trabaja esencialmente sobre el punto de vista. Mitchell presenta a Jay flotando en una balsa, en el patio de su casa. La joven mira las nubes, luego un bichito que tiene en el brazo. Es decir, deja claro que aquí lo que importa es qué se ve.

    En un momento en que el terror se sustenta sobre el susto y sobre el efecto especial, Mitchell vuelve a la época dorada del género a partir de una puesta en escena sugerente, al estilo del mejor cine de John Carpenter. La cámara avanza por las calles de los suburbios de la devastada ciudad de Detroit. Los sintetizadores de Disasterpeace contribuyen a crear una atmósfera de desconfianza. La iluminación es tenue, como si el relato aconteciera eminentemente en el alba, cuando el día se levanta y la amenaza sigue ahí.

    Más allá de la estética impecable de It Follows, destaca su discurso. Algunos han querido ver una crítica al libertinaje sexual en relación a las enfermedades de transmisión sexual. Yo no puedo más que alinearme con el crítico de The Guardian Peter Bradshaw cuando escribe que en realidad lo que propone It Follows es que la maldición “sólo puede ser exorcizada si se tiene sexo con otra persona”. En este sentido, y más allá del debate, It Follows se erige en una película tan relevante y exquisita en su forma como reflexiva y audaz en su contenido.

    A favor: El terror, más atmosférico que de sustos.

    En contra: Que se intente dar una lectura conservadora de su contenido.

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