La unión hace la fuerza, unidos jamás seremos vencidos, lema por el que se conduce esta simpática y cordial historia, basada en los hechos reales que tuvieron lugar entre 1984 y 85 cuando, dos grupos oprimidos y golpeados por el gobierno de Margaret Tatcher, se unieron en solidaridad mutua para conseguir el respaldo y apoyo de la sociedad, de cuantos más mejor.
Choque de mentalidades, supuestamente opuestas e incompatibles, que saben unirse en idealidad y fuerza para sacar lo mejor de ambos y ganar todos en su aspecto positivo; por supuesto, como toda merecida hazaña heroica, tiene su bruja y detractores, sus momentos de tensión y traición pero, si algo reina es la simpatía, jovialidad, frescura y talante grato que te hace pasar, con extrema facilidad, por sus momentos de risa, drama, cariño y tragedia con afecto, dulzura, alegría y un generalizado bienestar contento, como estado de ánimo, que hace que te relajes, sonrías, te emociones tenuemente y disfrutes de todo su formato.
Porque lo que ofrece es orgullo de estrechar manos, manos unidas en confianza que vale de respaldo, refuerzo, respeto y dignidad mutua, seguridad de hallar un inesperado amigo cuando estás en plena batalla contra un gigante, porque aquí, David no vence a Goliat, pero reconoce el esfuerzo y valor de su compañero de armas, por tanto, cuando es requerido, el favor es devuelto con sinceridad y conciencia de que todos los grupos, minorías reprimidas sufren el mismo dolor y represión y luchan por los mismos derechos.
Tierna, amable, de aroma acogedor y aire encantador, aporta amas de casa en club de lesbianas, mineros bailando en la pista de un bar gay, homosexuales desfilando por Gales, con todos los mirones escandalizados, y mucha camadería de abrazos y buen rollo, mezcolanza de vida, creencia y existencia que comparten la dureza y dificultad del camino, porque cuando se violan los derecos apoyándose en una inmoral ley da igual seas minero, esposa, lesbiana o gay, el azote es el mismo y la lucha igual de compleja e injusta.
Festividad y alegría, aceptable humor y ofuscado empeño para revivir a este grupo, el movimiento L.G.S.M. -gays and lesbians support the miners- que, con fondo de gran corazón, retrata un momento exacto de la historia de Gran bretaña que, en su momento, causó gran impacto.
Un "Jardín de la alegría" en calles urbanas y sobre asfalto que busca la misma afinidad y complicidad en el público, gustar, entretener y ser querido y recordado con apego y gratitud de pasar un tiempo risueño y ameno, que te da a conocer un hecho verídico de trascendencia humana y social, y cuyo recuerdo será agradecido y satisfactorio gracias a su confortable esencia y espíritu social.
Expresiva en su interpretación, no deja de presentar típicos clichés entre los miembros de sus filas, prototipo esperado de apariencia y evolución pero, poco importa cuando, Matthew Warchus, sabe ganarse al espectador para que saboree el momento y observe a estos "Full monty", que desnudan sus almas y exponen todo su corazón, para plasmar la buena fe y productividad del ser humano cuando se deja de prejuicios y ataduras y, simplemente, sustenta y da soporte a otro ser humano, hermano de sufrimiento, pena y esperanza de una vida próspera y digna.
Como flecha solitaria pueden fácilmente doblegarte, muchas flechas unidas serán sólidas, impactantes e inolvidables, "en las cosas necesarias la unidad, en las dudosas la libertad, y en todas ellas la caridad"; respeto por lo conocido, interés por lo nuevo, comprensión por lo diferente y fiesta, carcajadas a pares, jolgorio incesante cuando se pueda, solidaridad emocional y ¡más fiesta!, siempre fiesta pues "hay que tener orgullo, vivir con orgullo que la vida es corta, es muy corta..."