Mi cuenta
    Cuando tienes 17 años
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Cuando tienes 17 años

    Adolescencia interrumpida

    por Marcos Gandía

    André Techiné siempre ha sentido una estimulante curiosidad por el mundo de la adolescencia, vista no solamente como un momento crucial de descubrimientos y de aprendizaje, sino también de desengaños y de prefiguración de lo que será la edad adulta: un desierto donde los espejismos de las oportunidades perdidas nos recuerdan que la nostalgia es solamente el inventario de la muerte a cargo de nuestra memoria.

    Así, aunque argumentalmente podamos, sin temor o riesgo a equivocarnos y a quedar mal entre la cinefilia francófila, hermanar esta Cuando tienes 17 años con la exitosa e importante en la trayectoria del autor galo Los juncos salvajes (estrenada hace ya más de dos décadas… dos adolescencias completadas y desaparecidas), en realidad tiene micho más que ver con otro film del director: En la boca, no. A Techiné le interesaba más el personaje del viejo profesor homosexual que el del joven, inconstante e inconsciente chapero. Y en Cuando tienes 17 años le interesa también más a esas dos madres que establecen una relación de mutua necesidad y ayuda mientras son testigos mudos e incapaces de hacer nada ante todo lo que está sucediendo entre sus respectivos hijos.

    Techiné se posiciona como el Philippe Noiret de En la boca, no, siendo un irónico y cruel reflejo de lo que el futuro les va a deparar a los adolescentes. Una mirada que engloba ese desencanto inasumible y el deseo inalcanzable, el mismo de Von Aschenbach hacia el destructivo Tadzio de Muerte en Venecia. Otro personaje de Luchino Visconti, el viejo Burt Lancaster de Confidencias, sería asimismo aplicable a la manera en la cual se enfrenta Techiné (y la madre) al florecimiento y marchitamiento de los deseos durante un curso escolar.

    Una mirada y actitud vampíricas, elemento éste el que podría hablarse ante la colaboración en el guión de la joven (35 años, una edad asimismo de reflexivo poso nostálgico) Céline Sciamma, artífice de Tomboy y Girlhood. Téchine extrae de ella ese hálito de juventud, esa esencia y savia nueva para alimentar su vejez, su visión tan hedonista como necrófila de la pasión. Una mezcla tan apasionante como acaso esquiva con unos espectadores algo desubicados… en especial con el final de la película.

    A favor: su visión de la juventud como un territorio peligroso.

    En contra: los tics de la Sciamma más convencional.

    ¿Quieres leer más críticas?

    Comentarios

    Back to Top