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    Yo, él y Raquel
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    Lourdes L.
    Lourdes L.

    1.815 usuarios 101 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 12 de octubre de 2015
    Lo de siempre, madurar con dolor a través de la ausencia y pérdida, aunque con intento de toque distintivo que le aporte un característico sabor.
    La película tiene su propia personalidad, identidad exclusiva complicado de clasificar, lo cual significa paciencia, tiempo y atención pues lleva su tiempo conocerla y hacerse con ella.
    Chico tímido, invisible, “cool” en su versión autodañina, que trata de sobrevivir a su pubertad a pesar de no encontrar ninguna facultad propia degustativa que sobresaltar, nada que motive esa apetencia por si mismo más que ese gusto por despreciarse y desvalorar todo lo que hace, con amigo peculiar igual de inconexo que él en el mundo que le rodea, con padre estrafalario que va de comprensivo e innovador y madre pesada que no respeta su privacidad, un instituto dividido por sectas a las que renuncia pertenecer pero con las que tiene que tratar, con simulación de apego y conocimiento por ellas, y un único profesor válido, drogata, que sirve de apoyo y refugio de tanta selva neurótica y andadura sin interés que le rodea; a ello se le suma la repentina vecina con leucemia, con la que nunca ha hablado, y a la que es forzado a visitar por compasión mísera de unos progenitores que tratan de dirigir su vida.
    Y en esta voltereta de noria que lleva su propia marcha, accedemos al mundo sugestivo de quien nos narra su loca experiencia de los últimos seis meses, que le cambiaron por siempre y marcaron su camino hacia destino, sin vuelta atrás.
    Y el espectador sigue sus pasos según va relatando, un poco expectante al principio, mínimamente motivado conforme avanza, más interesado según acelera y nos permite acceder a su interior y, ya totalmente integrado y emocionado cuando deja de interpretar ese papel ficticio con el que se cubre y muestra al joven sensible, inspirador, gran amigo y excelente compañero de diversión, aún más excelso cuando se está en los malos momentos de bajón y grave dolor.
    Por tanto, vas a finalizar entusiasmada de su compañía, sintiendo enorme aprecio y estima por el mozuelo protagonista, por su fanfarronería, delicadeza, preocupación y fascinación por alegrar los días de su inesperada amiga, no sin antes atravesar por los baches de poca gratitud, menor encaje y escaso disfrute, desbarajuste que se elimina al llegar el amor, la devoción y su ternura, desorden y confusión como parte de esa micro-sociedad en la que vive y crece este chaval que reclama autonomía de acción, respeto por sus ideas y derecho a pasar de todo y cagarla...,
    ..., pues “supongo que soy un ratón modesto” y como tal, aparezco y me escondo por trazos, corro y me detengo según peligros y trato de pasar, inúltimente, inadvertido hasta comprender que has sido lo más importante y bello para una persona en los últimos meses de su vida, aunque sea descubierto tras su muerte, ya que hasta después de fallecido se pueden aprender cosas nuevas de quien se ha amado.
    Conmovedoras y complacientes interpretaciones para un trío reflexivo, agridulce y intimista según escenas, divertido y cínico según otras, la secundaria y sus problemas reflejado con ingenio e inteligencia por Alfonso Gómez-Rejón, que sabe hacer una lectura locuaz, fresca y activa, ácida y suave a la vez, que huye de prototipos y de sueños de princesa para el baile.
    Fantástico guión, de diálogos pensativos, que ofrecen la maduración y crecimiento de quien sale al mundo, toma riesgos, aprende de ellos y se involucra en la querencia de su propia existencia, fase de despunte y realización llevada con suficiente originalidad y encanto que lleva su tiempo procesar y digerir pues, al final sólo sabes que te ha gustado y emocionado a pesar de que, durante la misma, has pasado por sensaciones varias de aprehensión, de barullo, de simpatía, de distancia y de posterior cálida cercanía.
    Proceso enriquecedor que exhibe la fuerza, calidad y sabiduría de un argumento que va, toma a toma, de menos a más hasta formar esa genialidad de puzzle, esa sensacional inventiva en forma de película personal que te dice, sin guarecerse ni silenciar nada, quién es esta nueva ardilla, inquieta e ilusionada, que va de rama en árbol con mucho que andar y relatar.
    Personajes extravagantes para una ambientación colorida, de comicidad sutil y tragedia serena, película indie que busca singularidad e innovación de planteamiento para sorprender y cautivar a su audiencia, cuyo relato en el fondo no cuenta nada nuevo, únicamente esa evolución de ratón modesto a decidida ardilla gracias, de nuevo, a la presencia de una enfermedad horrible que se cruza de por medio, chillón escaparate que intenta recrear alternancias alrededor de este insignificante adolescente, que acaba significando la vivacidad resuelta de quien reemprende, a buen ritmo, su despistada marcha.
    Con todo, lo importante es que, al final y en conjunto gusta, complace y agrada, aunque no sepas muy bien definir por qué; supongo que por eso es atractiva e interesante, ¿no?
    Beatriz López Velasco
    Beatriz López Velasco

    94.556 usuarios 455 críticas Sigue sus publicaciones

    4,5
    Publicada el 12 de octubre de 2015
    En 2012, Jesse Andrews publica su primera novela titulada Me and Earl and the dying girl y ese mismo año ya escribe un guion para su adaptación cinematográfica. Guion que llega a las manos de Alfonso Gomez-Rejon que después de trabajar como como asistente de producción y director de segunda unidad con Martin Scorsese y Alejandro González Iñárritu, estaba buscando un proyecto personal para su segunda película como director. Yo, él y Raquel se estrenó en el Festival de Cine de Sundance de 2015 donde recibió una gran ovación y ganó Premio del Público y el Gran Premio del Jurado.
    A muchos no os sonará el nombre de Alfonso Gomez-Rejon que, pese a haber nacido en Laredo, no es español sino texano pues se trata de una ciudad en la frontera de Estados Unidos con México. Gomez-Rejon ha dirigido episodios de series como Glee, American Horror Story (que le valió una nominación al Emmy) o el piloto de Red band society (el remake de Pulseras rojas). También ha sido director de la segunda unidad en películas como Babel, Julie & Julia o Argo y debutó en la dirección en 2014 con Espera hasta que se haga de noche. Para su segunda película ha elegido un relato adolescente de diálogos ingeniosos, contado con madurez, mucha delicadeza y atención en los detalles.
    La trama se desarrolla en Pittsburgh, Greg está en el último año de instituto y lo único que quiere es pasar desapercibido y terminar el instituto cuanto antes mientras pasa gran parte de su tiempo con su amigo Earl rodando versiones de películas con muy bajo presupuesto. Su madre se entera que Rachel, una compañera de instituto, tiene leucemia e insiste mucho para que su hijo vaya a verla. Rachel y Greg fueron buenos amigos hace tiempo pero ahora apenas tiene contacto, así que cuando ella recibe su llamada no está muy interesada en atenderle. Pese a todo Greg va a visitarla, principalmente para que su madre no insista más, pero esa tarde lo pasan bien juntos y Greg empieza a visitarla con regularidad.
    Seguro que estáis pensando que esta es otra película sobre adolescentes con cáncer y sí, lo es, pero tiene un enfoque diferente, primero porque no hay trama romántica (nada que ver con Bajo la misma estrella) tan sólo amistad pura y verdadera entre los tres protagonistas y nos muestra como se enfrentan a experiencias como el dolor y la muerte. Como bien nos dice el título original, esta historia está contada en primera persona por Greg y va sobre él, su amigo Earl y la chica moribunda, o sea, Rachel. Podéis ver que la historia es valiente desde el título y el tono de la narración va en la misma línea, Greg siempre se refiere a su relación como una “amistad condenada” y vivir esa experiencia marcará su vida para siempre.
    Brutal la interpretación de Thomas Mann (Project X), él es Greg y gran parte del éxito de la película es mérito suyo pues ha sabido crear un personaje honesto y creíble que no tiene muy claro lo que quiere ser en la vida, pero si sabe lo que no quiere. Su forma de actuar, su empeño en querer pasar desapercibido, su sentido del humor, su amistad con Rachel y Earl, su incapacidad de expresar sus sentimientos, todo hace que su personaje sea ingenioso y adorable. Olivia Cooke (Ouija) se encarga de interpretar a Rachel, parece que se le dan bien esto de las chicas enfermas pues ya la vimos en la serie Bates Motel tirando de su pequeño tanque de oxígeno para paliar su fibrosis quística. La interpretación de Olivia sobrecoge y hace que todo fluya de forma cautivadora.
    Para RJ Cyler este es su primer largometraje, es Earl el mejor y único amigo de Greg, pese a vivir muy cerca uno del otro, sus vidas no pueden ser más diferentes. La química entre los tres protagonistas es increíble. Entre los adultos, tenemos a Connie Britton y Nick Offerman como los padres de Greg, dos personajes singulares, especialmente el padre a quien siempre vemos en casa, en pijama y comiendo. Molly Shannon es la madre de Rachel, que hace frente a la enfermedad de su hija como puede, siendo excesivamente sincera y siempre con una copa en la mano, y Jon Bernthal es el profesor de historia con el que comparten almuerzos. Los que veáis la película en VO podréis disfrutar de la voz del mismísimo Hugh Jackman resonando en la cabeza de Greg.
    Esta película es una experiencia agridulce, tiene momentos muy divertidos y otros extremadamente tristes (he llorado como nunca), pero siempre resulta honesta e inteligente y su visión del fin de la adolescencia tiene un encanto único. No dejéis de verla.
    AleuCine
    AleuCine

    1.663 usuarios 96 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 14 de enero de 2016
    Yo, él y Raquel es una agradable historia sobre una chica con cáncer terminal, y puede que agradable pueda sonar irónico sobre el tema que se está tratando, pero la cinta lo trata de una forma tan sumamente natural que hará que el espectador viaje tranquilo y amigablemente sobre diálogos ácidos y bromas que se tiñen totalmente de color negro carbón.
    javier s.
    javier s.

    86 usuarios 37 críticas Sigue sus publicaciones

    4,0
    Publicada el 14 de octubre de 2015
    Una película clásica en la enfermedad, muy original en el resto. Cine con mayúsculas. La historia de una chica que enferma de leucemia, que supone el inicio de una relación con un chico que va con ella al instituto, y con el cual no había hablado hasta ese momento.
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