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    Eddie el águila
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    3,4
    309 notas
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    Beatriz López Velasco
    Beatriz López Velasco

    94.592 usuarios 455 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 21 de junio de 2016
    La película arranca con Michael Edwards siendo un niño de diez años que tiene el sueño de participar en los Juegos Olímpicos, su madre siempre le apoya y le anima, mientras que su padre prefiere que tenga aspiraciones más reales pues a su hijo no se le dan bien los deportes ya que lleva unos hierros para enderezar sus rodillas, además de usar unas gafas con mucho aumento. Cuando por fin consigue librarse de los hierros, siendo ya un adolescente, Eddie prueba con diversas disciplinas olímpicas, pero ninguna se le da especialmente bien.
    Hasta que empieza a practicar esquí, modalidad con la que consigue alguna medalla en campeonatos locales, pero no es seleccionado para el equipo olímpico por no llevarse bien con las personas encargadas del equipo. Así que Eddie decide competir en salto de esquí, ya que es un deporte individual, para ello viaja a un centro de formación en los Alpes alemanes con la intención de aprender por su cuenta. Por suerte para él conocerá a Bronson Peary, un antiguo saltador estadounidense, que ahora se gana la vida manejando la máquina quitanieves. Bronson no soporta que los otros saltadores se burlen de Eddie y comienza a entrenarle.
    Como ya he dicho la película está inspirada en la vida del deportista Michael Edwards, al que en el colegio llaman Eddie y a quien los periodistas apodaron “Eddie el Águila” por su curiosa forma de saltar. Pero hay elementos en la película que son pura ficción, como la presencia del personaje interpretado por Hugh Jackman, algo confirmado por el propio Edwards. La película es una historia dramática contada en un tono de comedia “buenrollista”, blanca y amable con una simpática banda sonora ochentera, que se empeña en retratar al protagonista como un tipo simplón y sin dos dedos de frente, aunque parece que el verdadero Michael Edwards está contento con el resultado final.
    Me ha sorprendido mucho el trabajo de caracterización de Taron Egerton (Kingsman: Servicio secreto) como “Eddie el Águila”. Se nota que se ha esforzado mucho en captar sus gestos y consigue trasmitirnos esa mezcla de inocencia e ingenuidad que hacen al personaje tan entrañable, aunque a veces parece rozar la caricatura. Hugh Jackman (Los miserables) está perfecto como el insignificante empleado de la estación de esquí demasiado aficionado a la bebida, siempre en pantalón vaquero y mangas de camisa que no necesita chaqueta pues se calienta por dentro.
    Lourdes L.
    Lourdes L.

    127.289 usuarios 920 críticas Sigue sus publicaciones

    3,0
    Publicada el 13 de junio de 2016
    El Rocky de los saltos de esquí.

    “Nunca serás material de olimpiada”, frase sermón que oyó desde su infancia Michael Edwards pero, basta una prohibición, un nunca-podrás-lograrlo, de negatividad envolvente, para que la constancia, firmeza y perseverancia se afiancen y su decidida tenacidad coja una fuerza inusitada, que ya jamás perderá.
    Porque los sueños se pueden convertir en realidad, siempre que trabajes, no abandones y mantengas intacta esa ilusión, coraje y ánimo que confirman eres un campeón por participar, sin importar el ganar, como especifica el lema olímpico.
    “No importa cómo empieces, lo importante es cómo termines”, cartel inspirador de una energía y valentía que le llevarán a lograr lo imposible; biotopic sobre un chaval con una meta, ser atleta olímpico, y cuya obsesión nunca abandonará a pesar de las muchas y enrevesadas dificultades; un espíritu libre y optimista que se convertirá en admirada águila cuyo respeto, simpatía y admiración le acompañarán para el resto de sus días.
    Cabezonería positiva de cuando uno cree en si mismo, sin atisbo de duda, entrega, locura y habilidad en una mezcla perfecta y demoledora, sin saber qué elemento lidera ni cuándo, que le llevan a reunir los elementos necesarios para llevar a término su terca impericia; galones de quien abre camino, orgulloso y esmerado, para ser récord olímpico de su país, sin nadie creerlo ni esperarlo.
    El veterano Hugh Jackman, de pareja explosiva de Taron Egerton, para darle movimiento y locuacidad, más un espectáculo musical y expresivo que adornan, con desmesurada presencia, su moldeado guión; escrito, que narra en tono de fábula ideal y decorada, el triunfo subversivo de quien logro alas y pudo, por fin, volar.
    Está realizada para gustar y encantar, para hacerse con facilidad con el expectante público; entretenida y divertida pone su foco en el corazón de la audiencia; amable y vitalista comedia, con sus pequeños dramas entremedias, que da para festival pasajero de humor y empeño; ensalzado entusiasmo que agrada al vidente, cuyas emociones y percances estimulan su apego, y cuyas ruidosas y numereras imágenes le simpatizan con un proyecto de autoestima que nunca se ofuscó hasta lograr su aspiración delirante.
    Sencilla en su composición, tiene el don de elevar su atractivo y apetencia a base de golpes de suerte y circunstancias diversas que se van superando, como las pruebas de un show montado para distraer a la masa; espectáculo danzarín y risueño que combina, la chulería y altivez del maestro, con la inocencia y candor de su novato pupilo, para recrear un teatro que por momentos es toda una alegre caricatura.
    Su gran acierto es el encanto y empatía de su protagonista, quien cubre todas las facetas de su personaje con decoro y una seducción clave para el éxito de la cinta; más esos entrañables ochenta de vuelta y una escenográfica fotografía deliciosa, aunque se trate simplemente de nieve y montañas.
    “Volando alto”, no toca el sol pero tampoco se derriten sus alas; no busques la historia original pues entonces descubrirás la edulcorada dulcinea que supone ésta. Disfrútala como cuento ingenuo y bonachón que te encandila con simpleza, para pasar un rato distendido de buen sabor de boca.
    Para arreglar malos días, terciar por cambiar el semblante y que surja una sonrisa en esa esencia, ya desprovista de bajón, y embelesada de esa potente energía para entrar en la historia británica; ganador, no posee medalla, aunque tampoco la necesita pues siempre será un bonito y delirante recuerdo.
    Amena y ligera, es beneficiosa para el alma ¡quédate con eso!

    Lo mejor; su espíritu juerguista y molón.
    Lo peor; difiere bastante de la realidad de los hechos.
    Nota 6,3
    Adolfo Garcia Gonzalez
    Adolfo Garcia Gonzalez

    78.394 usuarios 612 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 2 de junio de 2016
    Mi denominación exacta de esta película seria un Rocky sobre esquíes. Película de superación entrañable y divertida a partes iguales. Recomendable.
    Maria A
    Maria A

    828 usuarios 74 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 3 de junio de 2016
    Divertida y enternecedora...y debería haber más gente como este chaval. La recomiendo encarecidamente. Hugh Jackman muy bien y guapísimo.
    Ozonero
    Ozonero

    108.780 usuarios 1.255 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 9 de septiembre de 2019
    El mismo tándem actor-director del biopic musical de Elton John, Rocketman, nos trajo hace tres años otra biografía, en este caso la de Eddie Andrews, saltador de esquí británico y su asombrosa historia de superación y constancia. Taron Egerton está muy convincente en el papel principal, muy bien acompañado por Hugh Jackman en una película que consigue emocionar y hacerte empatizar con el tesón y el sueño del protagonista sin caer en la lágrima fácil a excepción de algún momento pelín edulcorado.
    Pipe C.
    Pipe C.

    9.037 usuarios 160 críticas Sigue sus publicaciones

    5,0
    Publicada el 8 de diciembre de 2017
    La comedia y el drama se fungen en uno solo para proveer una de las experiencias más poderosas del año

    Si alguna vez has escuchado el nombre de "Eddie the Eagle" o no, tienes una cita imperativa en Abril para vivenciar la más respetable hazaña dramática de lo que va del año.

    Personalmente, considero que la experiencia es mucho más disfrutable sin conocer detalles de la historia real. Eddie Edwards fue el primer representante de Gran Bretaña en participar dentro los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988. Tal honesto individuo probo diferentes deportes olímpicos hasta, finalmente, dar con el desafiante y fabuloso salto de esquí; lo sorprendente es que el joven no se distinguía por ser el mejor en el campo, a decir verdad, era reconocido como uno de los menos avezados en la materia. El filme se responsabiliza por narrar el crecimiento completo de Eddie en términos deportivos, mientras en simultáneo provee una experiencia cómica y dramática de principio a fin. Solo expondré que llore como un pequeño infante.

    Introducimos a nuestro chico de "Kingsman: The Secret Service". Taron Egerton regresa al séptimo arte sumergiéndose 100% en su papel, esta vez no de un súper agente, esta vez el traje de paño y el elegante reloj son sustituidos por unos pintorescos lentes, cabello rubio e incluso un extraño mostacho amarillo. Egerton ejecuta su rol con creces mediante matices perfectamente balanceados, los cuales permiten visualizar alma pura en su interpretación. Hugh Jackman encarna al entrenador de Eddie— un exitoso campeón atlético en salto de esquí que es obligado por su corazón a socorrer a este entusiasta que anhela tocar las estrellas. Es verdad, el largometraje de Dexter Fletcher es un festín de lugares comunes, no obstante, son clichés bien estructurados, aderezados con fibra, fuerza y energía para sacar triunfante una verdadera obra de arte inspiracional. El proyecto es una prueba fiel de que con pocas herramientas, mejores resultados. Una placentera sorpresa que ganó oro en el Sundance Film Festival, ahora, es una loable sorpresa en el resto del mundo, una con la posibilidad incrementada de acaparar un radar de premios mucho más popular.

    Dexter Fletcher ha creado su propia carta de presentación. Sin embargo, él sabía que lidiar con un hombre perseverante que no logra alcanzar la cumbre de su deseo presentaría desafíos peligrosos, los cuales supera insertando en la historia un arma de doble filo. La primera bala de su cañón lleva por nombre “comedia”. El cineasta estuvo propenso a cruzar la delgada línea separadora entre comicidad y dramatismo, resultando en una pantomima basada en hechos verídicos. Alcanza el punto exacto de cocción para preparar un plato suculento, con claros adicionamientos azucarados. Apunta y dispara. La segunda bala es fría pero esperanzadora, es el potencial drama. El primer propósito es contar cada uno de los percances económicos, mentales, físicos y psicológicos que sobrevienen al protagonista, por razones lógicas, el biopic estaría enfocado hacia el chico, unas acertadas pizcas de sal dentro de la receta. ¿Qué resulta después de juntar la cantidad exacta de glucosa y sal? Una verdadera sorpresa al paladar cinéfilo, en esta caso, una que encuentra su más destacable punto en lo visual.

    La exposición artística de la obra es muy atinada y estética. La cinematografía de George Richmond es hermosa y codiciosa, haciéndonos pasar momentos de interesante vértigo mediante los fascinantes 15m, 30m y 90m, mientras al mismo tiempo usa una cámara que emite perspectivas acertadamente coherentes a la historia. Sin deshonrar a los principios Hollywoodenses, un grande como Christopher Walken gana unos pocos segundos en pantalla— como el entrenador de Hugh Jackman —con el fin de hacer lucir más legendario la película.

    Eddie no desea mujeres, él simplemente quiere a su madre; Eddie no quiere fama, solo quiere participar; Eddie no reclama alcohol, él solo bebe leche; Eddie no quiere sexo, únicamente desea comprender qué es amor. Estas características son íntimamente emocionales y gracias a un final para nada esperado, las lágrimas caían de mis mejillas sin remedio, asimismo, hubo un factor que intensificó mi tristeza y alegría al mismo tiempo, era la identificación con el personaje de Taron (Eddie), literalmente vi mi futuro en él. Así que bien hecho Egerton, has hecho un trabajo excepcional.

    Esto no es un relato más del montón donde todo y nada es posible a la vez. El largo de Dexter es mucho más emocional y profundo de lo que muchos conciben. Este cineasta es un tipo que no tiene en mente estándares económicos, culturales o educacionales, él es un hombre que posa un sueño en su cabeza y logra dejar una gran marca cinematográfica, tal como el personaje principal de la trama. "Eddie the Eagle" triunfara en otros festivales sin lugar a dudas. Audazmente divertida, muy bien presentada, con una nota por encima de la media en cada uno de sus aspectos; esta película dejó una huella en mí por el resto de mi vida. Todo el mundo debe experimentarla.

    “La cuestión más importante en los Juegos Olímpicos no es ganar sino participar, lo más esencial en la vida no es conquistar sino pelear correctamente” — Pierre de Coubertin.
    AleuCine
    AleuCine

    1.664 usuarios 96 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 5 de junio de 2016
    Eddie el águila es una película tan simpática que se te pasará volando. No aporta nada que no se haya visto hasta entonces, pero a quien no le gusta estas cintas de deportistas que luchan contra viento, marea y nieve.
    javier s.
    javier s.

    86 usuarios 37 críticas Sigue sus publicaciones

    3,5
    Publicada el 18 de junio de 2016
    He de reconocerlo. Me gustan las películas sobre retos deportivos personales. Y la historia real de este saltador es todo un desafío deportivo. Con problemas en las rodillas de pequeño, se empeñó en ser olímpico y lo consiguió. Hugh Jackman como entrenador ayuda a mejorar la película.
    Una vez más nos recuerdan que en la vida lo importante no es ganar, si no participar haciendo el máximo esfuerzo personal y respetando al máximo a los contrarios y al deporte.
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