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    Blair Witch
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Blair Witch

    ¡Bruja, más que bruja!

    por Xavi Sánchez Pons

    Los peligros del hype y de la campaña de marketing que acompaña a una película. Ese podría ser un buen titular para resumir el fenómeno que ha rodeado el estreno de Blair Witch. Uno de los reboots-secuelas-remakes –llámenlo como quieran- más esperados de la década. Y una película que se ha acabado quedando en un correcto filme de terror que, para nada, reinventa el género o propone nuevas ideas para una mitología que en 1999 cambió el cine de miedo para siempre en la extraordinaria El proyecto de la bruja de Blair. Ahí es donde se equivocó su distribuidora americana, Lionsgate, que tras el golpe de efecto que supuso descubrir que lo nuevo del tándem formado por Adam Wingard y Simon Barrett, en principio titulado The Woods para despistar al respetable, era en realidad una continuación del clásico de bajo presupuesto ideado por otro dúo, Daniel Myrick y Eduardo Sánchez, nos quiso hacer creer que, a pesar de su condición de secuela, se trataba de una versión libre de ataduras del original. Tras el anuncio, el globo se empezó a deshinchar, ya que el motivo principal de expectación radicaba en el hecho de que Wingard y Barrett, dos de los nombres más interesantes del cine de sustos actual, se animaran a hacer su propia historia de terror en clave found footage, y no una película de encargo que muestra oficio sí, pero también su versión menos inspirada como cineastas.

    Blair Witch sitúa la acción veinte años después de la primera expedición al bosque de Black Hills. Y tiene como protagonistas a un grupo de amigos liderado por el hermano pequeño de Heather Donahue, una de las desaparecidas en El proyecto de la bruja de Blair. ¿Qué nos encontramos pues en esta secuela tardía? En su primera hora un ejercicio formulario de terror que revisita de forma previsible y sin nervio todos los aciertos del filme original (solo sube los decibelios y las revoluciones de los jump scares). De hecho, la única novedad aquí son ligeros apuntes de guion sobre uno de los protagonistas de la famosa leyenda urbana que vertebra la historia; el episodio de Rustin Parr, el asesino en serie de ficción que en 1941 fue poseído por la bruja. Pasado ese largo primer tramo, que puede llegar a aburrir, aparece la faceta más juguetona de Wingard y Barrett. Los últimos veinte minutos ofrecen un apañado fright fest que se mira en el espejo de [Rec] y The Descent. Esos minutos son los únicos en los que se intuye algo de pulso y ganas de renovar la imaginería del filme que dinamitó el cine de terror en 1999. Y es que, en el fondo, este Blair Wicth se queda cerca de la primera secuela de la saga, la resultona El libro de las sombras: B W 2. Saldo insuficiente viniendo de los creadores de Tú eres el siguiente, The Guest o la más que reivindicable A Horrible Way to Die.

    A favor: sus veinte minutos finales

    En contra: su condición de película de encargo sin alma e ideas propias

     

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