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    Train to Busan
    Críticas
    4,0
    Muy buena
    Train to Busan

    Alta velocidad

    por Alberto Lechuga

    Con el boom del género zombie, en los últimos años hemos visto de todo: zombies enamorados, zombies que hablan, zombies plusmarquistas, infectados que no zombies... Una escalada en el nivel de sofisticación que es probable que encuentre en el cine de autor su orilla en la que morir (este año ya hemos tenido fantasmas vía whatsapp en una acomplejada película de Olivier Assayas). Por eso Train to Busan supone un cierto desahogo: lo que plantea el surcoreano Yeon Sang-ho no tiene trampa ni cartón, pero sí mucho de ingenio y sentido lúdico.

    Aunque todavía inédita en nuestro país, Yeon planteó en la animada Seoul Station el inicio de este Train to Busan que ha acabado encandilando a público (ha arrasado en taquilla) y crítica (¡una peli de acción con zombies en las listas de Cahiers du Cinema!). Sin embargo, es muy significativo el hecho de que no hace falta haber visto Seoul Station para disfrutar o entender Train to Busan, ya que estamos ante una película tan horizontal y directa como el tren de alta velocidad en el que transcurre. Bien es cierto que Yeon no es un director sutil, nunca lo fue en su filmografía animada previa (The Fake, The King of Pigs) ni lo es ahora en su paso a la acción real. Y aunque aquí también le pasa factura (el subrayado melodramático puede llegar a exasperar), es precísamente su visceralidad lo que convierte Train to Busan en un divertimento tan efectivo. Lo que podría haber sido anquilosamiento y fracaso conceptual se transforma en un vertiginoso viaje con estructura de videojuego y un puñado de referentes convenientemente barajados con brío. Cada vagón del tren es una excitante nueva fase (aunque no siempre la realización saque todo el provecho al planteamiento: el equipo de baseball, la “ceguera”...) y cada personaje y escenario, si bien no especialmente novedosos, tienen su momento de gloria (tenemos al personaje secundario más carismático de la temporada y una set piece de ensueño para todos los que hemos sufrido con Renfe). Train to Busan es un viaje sin ticket de vuelta: se trata de avanzar y avanzar, por muchos baches que pueda haber en el camino. 

    Yeon asume que no está inventando la rueda y se lanza sin complejos a una cierta idea de cine popular, a devolver al blockbuster (y al género zombie) a la sesión de tarde con palomitas gigantes. Es decir, si la idea de un tipo abriéndose paso a mamporros por un vagón lleno de zombies no te produce cierta excitación, quizás debas buscar tu película en otra sala. Si es al contrario: relájate y disfruta, este tren tiene muy claro su destino.

    Lo mejor: diversión sin freno

    Lo peor: su sustrato dramático

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